CINE

Andrés Santana: “El cine es mi vida”

Andrés Santana, junto a uno de sus cuatro premios Goya.
Andrés Santana, junto a uno de sus cuatro premios Goya.

Andrés Santana (Gran Canaria, 1949) recibió el pasado sábado, junto a la también grancanaria Marta Miró, el máximo reconocimiento de la Academia del Cine por su trabajo al frente de la película Nadie quiere la noche, dirigida por Isabel Coixet.

Resiste como uno de los últimos productores independientes de España, y sin dejar de encadenar éxitos: con cuatro premios Goya, la suya ya es una de las vitrinas más copiosas de la cinematografía nacional. “Lo asumo como un premio al trabajo en equipo. Yo solo está claro que nunca habría llegado hasta aquí”, asegura.

Nadie quiere la noche está inspirada en hechos reales y se rodó entre Sofía (Bulgaria), Plató del Atlántico, en Tenerife y Bergen, en Noruega. “Las dificultades fueron enormes, empezando por el desplazamiento al lugar elegido en Noruega, ya que solo se podía llegar hasta allí en tren. Aunque lo peor fue trabajar a 10 y 15 grados bajo cero. Resultó muy duro”, recuerda Santana.

Son más de 40 años los que lleva en la profesión y decenas las películas que ha producido. Sin embargo, cuando esta vez le tocó subir al escenario a recoger la estatuilla, no pudo evitar que se le quebrara la voz de emoción. Nadie quiere la noche no ha sido un proyecto más. Nunca había trabajado con tanta responsabilidad presupuestaria (6,3 millones de euros).

Además, en el reparto tenía a Juliette Binoche, una de sus actrices fetiche: “Siempre soñé con trabajar con ella, especialmente tras coincidir el año 97 en el Festival de Berlín, yo con Secreto del Corazón y ella con el Paciente Inglés”. “No solo es guapísima, sino también una profesional maravillosa. Se ha implicado totalmente”, añade.

Su primer Goya lo consiguió Andrés Santana en 1991, con El rey pasmado, de Imanol Uribe. También con Uribe logró la segunda estatuilla de su carrera, tres años después, con la película Días contados. El último Goya del productor canario era, hasta el pasado sábado, el que obtuvo en 2011 con Blackthorn. Sin destino, del director grancanario Mateo Gil. Cuatro estatuillas y un total de 16 nominaciones individuales. Como para no sentirse orgulloso. “Y lo que queda”, bromea.

Santana no piensa aún en la retirada, pese a que hace unos meses comentó en prensa que Nadie quiere la noche sería su última gran producción. “El cine es mi vida, no me imagino haciendo otra cosa. Aquellas declaraciones las hice en un momento delicado y de mucho agotamiento por lo que significó sacar adelante la película. Pero cuando pasa todo y llegas a buen puerto te das cuenta de que no sabes vivir de otra forma. Llevo más de 40 años en esto y, como diría un marinero, ya no sabría vivir sin ver las gaviotas”.

Ya está enfrascado en nuevos proyectos. Uno de ellos será una comedia, que “quizás también rodemos en Canarias”, avanza. Aún se encuentra en fase de guión, a materializar a “dos o tres años vista”. Antes quiere culminar un documental sobre el artista Pepe Dámaso. “Lleva años diciéndome que le haga un documental y creo que por fin ha llegado el momento. Lo haremos con el mismo equipo con el que realizamos El último truco: Ruiz del Río”, el último maestro del trucaje cinematográfico clásico, un trabajo con el que Santana también fue nominado a los Goya.