El tinerfeño Paco Rodríguez y el tandem grancanario formado por Andrés Santana y Marta Miró se llevaron anoche sendos Goyas como responsables de la peluquería y la producción, respectivamente, de la película Nadie quiere la noche, dirigida por Isabel Coixet y grabada en parte en los estudios de Plató del Atlántico, en Tenerife.

En cambio, el también tinerfeño Alex García, nominado a Actor revelación por su participación en La Novia, se quedó finalmente sin estatuilla, ya que este galardón fue para Miguel Hernán, por A cambio de nada.

Fue una edición muy repartida. Thuman, de Cesc Gay, se convirtió en la gran triunfadora, logrando cinco de los seis premios a los que optaba. Por su parte, La novia, que aspiraba a 12, solo logró dos. Nadie quiere la noche, que partía con opciones en nueve categorías, se alzó con cuatro Goyas.

La ceremonia tuvo el rodaje ficticio de una película como hilo argumental. Se homenajeó a Luis Buñuel y, por segundo año consecutivo, el actor Dani Rovira ejerció de anfitrión. Se sumaron al show el mago Jorge Blas y Joan Manuel Serrat, cantando Los fantasmas del Roxy.

La gala se celebró una vez más en el Centro de Congresos Príncipe Felipe de Madrid. Los Reyes causaron baja, igual que Mariano Rajoy. Sus ausencias las compensó, de algún modo, la presencia de muchos de los nuevos rostros de la política nacional, como el líder de Podemos, Pablo Iglesias, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera y el líder de Izquierd Unida, Alberto Garzón.

Con el ministro de Cultura, Méndez de Vigo, fue más irónico. Tras leer su largo curriculum docente y nobiliario, Rovira le dijo: “Usted de menú no ha comido nunca, ¿no?”.