tribuna

Un futuro prometedor para la cochinilla – Por Alfonso J. López Torres*

Canarias es el único territorio de la UE donde se produce cochinilla para su comercialización, ya que existen varios factores que determinan el carácter específico del producto, como son un exclusivo tipo de huésped como es la tunera Opuntia ficus indica y un singular tipo de insecto, el Dactylopius coccus o cochinilla.

El cultivo del tuno y la cochinilla es una labor ecológica, a la que no afectan prácticamente las plagas, y ayuda al mantenimiento del suelo, evitando la erosión y ofreciendo además la posibilidad de aprovechar el fruto de la tunera para su comercialización. Además este insecto se halla perfectamente naturalizado en nuestro Archipiélago así como su alimento.

La cochinilla canaria puede considerarse en la actualidad, y más en la época de crisis en la que estamos inmersos, como una verdadera oportunidad y una potencial fuente de riqueza para las Islas Canarias. Es por ello que este subsector comienza un nuevo ciclo ante un primer logro como es la presencia de este cultivo en el Plan de Desarrollo Rural (PDR) 2014-2020, consecuencia de la solicitud de inscripción ante el correspondiente registro comunitario de la Denominación de Origen Cochinilla de Canarias.

Debemos pues demandar de todas las Administraciones, llámense ayuntamientos, cabildos insulares o Gobierno de Canarias, el reconocimiento y apoyo a este cultivo que ha sido tradicionalmente un producto de exportación, pues su uso y consumo en el mercado interno ha sido siempre escaso. Es a partir de ahora cuando podremos contar con herramientas de promoción, y quizás sean los sectores insulares de artesanía, moda o diseño, a través de los cabildos de las Islas productoras implicadas, quienes debieran valorar su uso y empleo, tal y como están haciendo ya artesanos franceses, holandeses y alemanes para el teñido de lanas, sedas o cueros.

Es consecuencia de ello el porqué la cochinilla de Canarias puede y debe tener un futuro halagüeño por su valor añadido en el sector textil. En cambio, es en su transformación e industrialización donde existe una demanda más que considerable para el colorante E120, producto a día de hoy importado en su totalidad de América del Sur.

En otras épocas existía gran demanda exterior de nuestro cultivo de cochinilla, hasta que las multinacionales comenzaron a fijar sus sedes en América del Sur y a comprar estos insumos principalmente en Perú a precios muy por debajo de los de mercado, ya que según la FAO el 80% de los mismos proceden de la recolección silvestre, acaparando de este modo la casi totalidad del mercado internacional del producto, con grandes producciones a precios predatorios y, unido esto, la globalización de la cochinilla acabaron extinguiendo a nuestros cosecheros de antaño.

No obstante, las nuevas figuras de calidad diferenciada como las que en la pasada legislatura a través del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria, en estrecha unión y colaboración con los productores de cochinilla de nuestras islas, se trabajaron y documentaron para solicitar ante la Unión Europea el registro la Denominación de Origen Protegida (DOP) Cochinilla de Canarias debe unirse a la necesaria y moralmente obligada ayuda del actual Gobierno de Canarias para promocionar la misma, ya que esta colaboración y sinergia será fundamental para la apertura de nuevos mercados internacionales y de este modo conseguir la generación de empleo vinculada al cultivo, la diversificación de nuestro desarrollo rural y el principio de la industrialización a través de la I+D+i.

La cochinilla de Canarias ha obtenido por parte de la UE un reconocimiento que en la actualidad no ostenta ningún otro colorante natural a nivel internacional. Esto debe ser más que suficiente para que nuestros responsables políticos lo apoyen clara y decididamente en beneficio de nuestro agro, de nuestros productores y, por ende, de nuestra Comunidad Autónoma.

*ExDirector General ICCA Gobierno de Canarias