Para ser una gala de entrega de los Premios Goya, la de este sábado fue de las más completas y divertidas. Las risas estuvieron garantizadas gracias al presentador Dani Rovira, que mantuvo el tipo a pesar de las tres horas que duró el espectáculo. Mientras que la emoción llegó unos minutos después de comenzar el evento, de la mano de Miguel Herrán, ahora actor revelación por su papel en A cambio de nada, y se convirtió en protagonista de tantos otros discursos y homenajes. Era el tercer premio que se entregaba en la noche, el joven actor rivalizaba con el tinerfeño Alex García, Manuel Burque y Fernando Colomo en la categoría. Nadie se esperaba un discurso tan emotivo.
Miguel Herrán llegó a protagonizar el filme de Daniel Guzmán, premiado también como mejor director novel, por pura casualidad. Hace ya algunos años, Herrán se acercó a Guzmán a pedirle un autógrafo y este le preguntó la edad y si sabía montar en moto. Su respuesta afirmativa le llevó a la siguiente pregunta: ¿te gustaría aparecer en una película? Y desde ese momento comenzó a construir su sueño.
Ante la ovación del público, el joven pronunció uno de los agradecimientos más emotivos de la historia de los Goya. Dirigiéndose a su director dijo, “has conseguido que un chaval sin ilusiones, sin ganas de estudiar, sin nada que le gusta, descubra un mundo nuevo, quiera estudiar, quiera trabajar y se agarre a esta vida nueva como si no hubiera otra. Me has dado una vida, Daniel“. Las lágrimas de felicidad de Guzmán, conocido por su papel en Aquí no hay quien viva, traspasaron la pantalla.