1. No es una novedad. Nunca me ha gustado el Carnaval y raras son las fotos en que se me puede ver disfrazado. El Carnaval no me hace gracia, ni me agradan demasiado las fiestas regladas. Me divierto cuando quiero y, además, ya no me quiero divertir, me encuentro mucho mejor cuando estoy aburrido. ¿Cómo me va a gustar un Carnaval que se repite con lo mismo, año tras año, con unas murgas que no hacen gracia y con el mismo chin-pon, un año detrás de otro, una década detrás de otra? El Carnaval de mi niñez y mi juventud era improvisación pura y guindillas detrás de las máscaras, refugiadas en unas sábanas; máscaras que se escondían en los zaguanes para no ser atrapadas por la autoridad. Mi padre era carnavalero. Por ahí circula una foto suya, vestido de viejo. Se presentó en el Casino de los Caballeros de mi pueblo y no lo conoció nadie, ni, ya en la calle, mi madre supo quién era aquel anciano venerable, tieso como un garrote, que caminaba de manera distinta a como caminaba mi padre. Era un crack.
2. Ahora en el Carnaval no hay sino niñatos y quinquis, elementos barriada que montan broncas y se muestran irrespetuosos con los demás, niñatos cargados que acaban en el hospital de campaña y droga por un tubo. Eso no es el Carnaval, eso es una mierda. Vaya manera de divertirse. Además, los actos son siempre los mismos, nadie hace nada por cambiarlos y el Carnaval significa mucho ruido, molestias ciudadanas, mear en la calle e ir sorteando mierda por el centro de Santa Cruz. Yo no le veo la gracia, la verdad.
3. Mucha gente se manda a mudar en estas fechas. Yo no me lo puedo permitir, antes sí. Antañazo huía como un conejo de estas fiestas abominables que no me traen ni un solo recuerdo bueno. Bueno, sí, uno. El día en que, siendo jurado de las murgas, les recomendé, junto a mis compañeros de jurado Nicasio Ramos y Pepe Chela, que recuperaran el carácter trasgresor y crítico de una murga, que dejaran de mirarse el ombligo, que no se creyeran Los Sabandeños y que, por lo menos, hicieran algo de gracia. Para qué fue aquello, ya saben. Este es mi mejor recuerdo del Carnaval. Lo volvería a hacer.
achaves@radioranilla.com