baloncesto >

El Náutico también soñó con la Copa

Homenaje veteranos baloncesto 19665. RCNT/Tony Cuadrado ACAN Homenaje veteranos baloncesto 19665. RCNT/Tony Cuadrado ACAN
<
>
La directiva del Real Club Náutico homenajeó en abril de 2015 a los integrantes de ese histórico equipo. / TONY CUADRADO - ACAN

El Herbalife Gran Canaria disputó ayer la final de la 80ª edición de la Copa del Rey, un resultado histórico para el baloncesto canario. Sin embargo, el Claret no es el primer equipo canario que juega la máxima final copera, honor que tiene en su haber el Real Club Náutico de Tenerife, cuando el 2 de mayo de 1965 se enfrentó al Real Madrid en Salamanca. Los nautas se proclamaron hace casi 51 años subcampeones de la Copa del Generalísimo al caer ante los blancos (107-82).

Ese Real Madrid, entrenado por Pedro Ferrándiz, venía de ganar por segunda vez consecutiva la Copa de Europa, y contaba con leyendas del baloncesto nacional como Lolo Sáinz, Carlos Sevillano, Monsalve, Descartín, García o Mondrego, entre otros. Los jugadores extranjeros no podían participar en la Copa, por lo que los equipos que se nutrían de su cantera no tenían la desventaja de la Liga Nacional.

La magnífica plantilla del Real Club Náutico, que estaba dirigida por el añorado Pepe Cabrera, estaba formada por Toni Alfambra, Alejandro Plasencia, Pancho Monje, Luis Tavío, Toñi Cejas, José Tomás Sansegundo, Ricardo Melchior, Luis Gómez Santacreu, Manuel Asensio, Hans Katschner, Lolo Martos y Eliseo Hernández. Mientras que José Bichara era su delegado.

Los nautas plantaron cara inicialmente (28-27 en el minuto 13). Sin embargo, el Real Madrid se distanció para llegar al descanso con una ventaja de 54-37. La eliminación por cinco faltas de Alfambra acabó lastrando a los insulares (87-63 en el minuto 32), para caer por 107-82.

El Náutico se ganó su puesto en la Copa como campeón de España de Segunda División, y superó en la clasificación final, por este orden, al Joventut de Badalona, Dimas de Valencia, Picadero-Damm de Barcelona, Náutico de Sevilla, Natación de Vitoria y Estudiantes de Vigo.

La plantilla logró la temporada siguiente el ascenso a Primera, comenzando en el santuario de la avenida de Anaga -primera cancha canaria cubierta y de parqué- una trayectoria de nueve años -ocho de manera consecutiva- en la máxima categoría con inolvidables jornadas de baloncesto.