Indignación e impotencia son las dos sensaciones que vive en estos momentos la familia del CD Mensajero. Indignación porque la actuación del árbitro del pasado domingo ante el Barakaldo fue surrealista y lo que es más grave llueve sobre mojado porque las decisiones de los colegiados en un altísimo porcentaje van todas en contra del conjunto palmero. Se tiene la sensación de que no se respeta al CD Mensajero con algunos arbitrajes que claman al cielo, con penaltis regalados al rival de turno y con decisiones erróneas en contra de los de Josu Uribe. Además de todo esta contrariedad deportiva hay que añadir la impotencia que sufre el club por lo acontecido una hora después con el trío arbitral cuando salió de las instalaciones del Silvestre Carrillo hasta el taxi que los trasladaba al aeropuerto palmero y que concluyó con una agresión a uno de los asistentes. Empleados y directivos del club tuvieron un comportamiento exquisito con los colegiados valencianos a los cuáles acompañaron ante la actuación nefasta de algunos energúmenos que le han hecho un daño irreparable al club.
Josu Uribe, entrenador del CD Mensajero, valoró lo acontecido el pasado domingo. “A mis futbolistas les doy un 10. El equipo hizo un excelente partido ante el líder. La actuación arbitral fue algo que yo jamás había visto en un campo de fútbol. Me parece muy injusto la sensación que se está dando en estos momentos de que el partido fue una guerra. Fue todo lo contrario. No sé lo que hubiese pasado en otro campo viendo lo que se estaba viendo dentro del terreno de juego. Los miembros del club, presidente, directivos, empleados ayudaron a los árbitros, estuvieron continuamente pendiente de ellos, a pesar del enfado que lógicamente tenían por lo que habían vivido, se comportaron de manera fantástica. Lo que pasó una hora después fue un tema lamentable, incontrolable y que no nos gusta absolutamente a nadie”.
El entrenador asturiano no fue testigo directo de la salida de los colegiados del Silvestre Carrillo hasta el taxi que los trasladaba hasta el aeropuerto palmero. “Yo me había ido. Estaba muy cabreado. La gente que intentaba meterlos en el coche eran directivos y personal del club. Mis futbolistas acabaron los once el partido, no hubo protestas, los chavales estaban rotos llorando en el vestuario, porque la manera de llevar el partido y las decisiones que vivimos fueron surrealistas. Luego lo que pasó una hora después es gente a la que no puedes controlar, que van hacer daño al club y es la pena de todo lo acontecido el domingo”.
Ante la posibilidad de que el Silvestre Carrillo pueda ser clausurado por el Juez Único del Comité de Competición, Uribe se mostró tajante. “Esto es el fútbol. Al final será así…será así. Me imagino. Los comités están para si tu haces algo mal tendrás que pagarlo, y si al final el Silvestre Carrillo se clausura aceptaremos la decisión, pero también me gustaría que se analizase la actuación del colegiado y sancionarlo si hay que hacerlo. Es inadmisible lo que pasó al final eso está claro, pero lo que no nos gustaría es que después de lo que se vio en el terreno de juego, es que este chico volviera a pitar la semana que viene”.
Desde el punto de vista deportivo, la posibilidad de jugar en el destierro es otra circunstancia más que no ayuda al futuro más próximo del CD Mensajero. “Ahora empieza nuestra guerra. Llegan los equipos que están ahí con nosotros y con los que nos vamos a jugar la permanencia. Hacerlo fuera de tu campo sería un inconveniente para la afición y para todo el club”.
Por último, el entrenador del CD Mensajero valoró la falta de respeto que se tiene con su club, por actuaciones arbitrales lamentables que se pueden demostrar y que le han hecho perder muchos puntos. “Igual que tienen que informar de lo que sucedió después del partido, hay que indagar y ver videos e imágenes que son escalofriantes. Seis penaltis consecutivos en contra en los cinco últimos partidos y con 0-0 en el marcador. Penaltis que yo llamo light. Tienes que verlos ocho veces para valorar si es penalti o no lo es. Lo del Real Madrid Castilla fue un escándalo, y lo del domingo lo más gordo que he visto en mi vida. Ya no voy hablar más de los árbitros. Que hagan lo que les de la gana. Te toman el pelo y te lo vuelven a tomar. Venimos de sufrir un árbitro adscrito al colegio navarro, nacido en San Sebastián, que nos pitó ante el Sanse dos penaltis en contra y un expulsado desde el minuto 48. Con que ilusión vamos a Irún el domingo contra un equipo tan fuerte y de nuevo con un árbitro navarro. Quiero pensar en la limpieza de todo esto, pero es difícil. Quiero que venga el Barakaldo y me gane con limpieza, con justicia, pero no es así. Encima queda la sensación que somos malísimos y unos cafres”.
“Hay que callarse, trabajar y que piten lo que quieran. A pesar de todo, estamos a tres puntos de salir del descenso y habrá que seguir peleando”, concluyó.