La LEB Oro trata de salir del bache ocasionado por la crisis económica. Poco a poco lo va logrando gracias, fundamentalmente, al talento nacional, que se ha abierto paso aprovechando la menor llegada de jugadores extracomunitarios. Pero ese talento no lo traen solo jóvenes jugadores, sino también llega de la mano de veteranos que parecen incombustibles.
Óliver Arteaga, herreño formado en Tenerife, y el tinerfeño Ricardo Guillén ocupan los dos primeros puestos de la clasificación de jugadores más valorados con 24,26 y 24,21 créditos respectivamente. El tercer jugador de esa lista, Beka Burjanadze, ni siquiera llega a una media de 20.
“La verdad es que no hay secreto. Me encuentro bien, estoy jugando muchísimos minutos y las cosas me están saliendo bien”, señala Óliver Arteaga, ahora en un Planasa Navarra que, como él mismo indica, debería tener “alguna victoria más” en su casillero porque “hay plantilla para ello”.
Arteaga, que ha jugado en la ACB, es un referente de la LEB desde hace varios años, por lo que no debería de sorprender el rendimiento que está mostrando hasta el momento, a pesar de que, desde dentro, las cosas no parecen tan sencillas: “La verdad es que es algo que nunca piensas. El entrenador ya me había dicho cuando fiché que iba a ser importante, pero es algo que no te paras a analizar, simplemente te pones a trabajar. Por fortuna, nunca he tenido problemas de lesiones graves, algo que me ha beneficiado”.
Sus números no llevan a discusión alguna. El herreño es el cuarto máximo anotador de la LEB, con 17,1 puntos por noche; captura 10,1 rebote por partido -nadie coge más que él- y recibe 6,21 faltas por duelo para acabar cada jornada con 24,26 créditos de valoración.
Solo un jugador puede hacer sobra a esos números y su nombre es Richi Guillén. A sus 39 años, el excanarista sigue siendo un referente en la mayor competición de la Federación Española de Baloncesto, de la que es su máximo anotador al conseguir 20 puntos por partido con la misma facilidad que lo ha hecho siempre. Ahora defiende la camiseta del Palma Air Europa, antes, el curso pasado, ya en el Axarquía, filial del Unicaja Málaga, tuvo tiempo para hacer un paréntesis y firmar por el Obradoiro de su amigo Moncho Fernández. No es que no desentonara en Liga Endesa, es que demostró que podía competir en ella sin problema.
“Richi siempre ha dominado la liga cuando ha jugado en ella. Nunca ha fallado. Yo el año pasado, en Palencia, no estuve a mi mejor nivel, pero creo que somos dos jugadores que, si jugamos minutos, daremos buenos números”, señala Arteaga, recordando que Guillén ya conoce “lo que es ser MVP” de la LEB.
Pero, ¿ha remontado por fin el vuelo la LEB? Parece que sí, pero con un modelo muy distinto al que la llevó a ser, sin temor a equivocarnos, una de las mejores categorías del baloncesto europeo. El dinero de las constructoras, las inmobiliarias y las subvenciones públicas se acabó, por lo que la opción de reconstrucción pasa por apostar por el jugador español, la mejor conclusión posible dentro de lo malo: “La LEB tiene jugadores españoles con mucho nivel, es cierto que a nivel de estadounidenses la liga ha bajado un poco, pero sigue habiendo calidad en el jugador español. Hay jugadores que están saliendo de la LEB y hacen muy buenos papeles en la ACB. El haber disminuido la presencia de jugadores estadounidenses y extracomunitarios ha acabado por beneficiar a los españoles”.
Y, para sumar calidad nacional a la LEB Oro ha llegado también ha Lleida Jaime Heras, que debutará este fin de semana después de haber estado entrenando en solitario desde el pasado verano a la espera de recibir una oferta que le sedujera: “Estuvo muchos años en el Canarias, con el que logró un ascenso a la ACB, y siempre ha sido un jugador importante en ese equipo. Lleva toda la temporada sin jugar, no sé si eso le puede pasar factura, pero está de sobra capacitado para rendir en la LEB”.