el almendrero de nicolás

Polígono industrial

Le pregunté al director del periódico si podía dejar mi columna en blanco por la sencilla razón de que hablar de industria en Canarias no da para mucho. No pudo ser, pero es así. En realidad, la actividad industrial es una anécdota en Canarias, aunque algunos se llenan la boca hablando de que hay que apoyarla, especializarla, diversificarla y bla, bla, bla. Pero no es así, casi casi todo lo contrario. Por ejemplo, en el documento de Estrategia Industrial Canaria se dice que hay que intentar reubicar las pequeñas industrias de las islas en los polígonos industriales, pero nada se dice de lo abusivo de los alquileres, ni tampoco de cómo se ha especulado con dicho suelo. Desde que algunos planes generales de ordenación establecieron la dotación de terrenos para uso industrial, la venta de los mismos se hizo a particulares sin ni siquiera preguntarles si iban a montar ahí algunas industrias. En realidad, algunos que tenían dinero se beneficiaron de esa política para comprar terrenos con los que luego especularían. Y actualmente se especula con ellos.

El caso es que llegará un día en que en Canarias el concepto industria será sustituido por el de almacén. Naves y almacenes para acumular mercancía, donde no se transforma nada, donde se vende al por mayor e incluso, al menor, compitiendo ilegalmente con el pequeño comercio. Y no genera todo el empleo que debiera, de hecho, en la mayoría de las naves, con dos operarios y un administrativo se mete a camino la empresa. Empresas que, lógicamente, no están conectadas con la FP ni con bolsas de empleo adecuadas a la producción especial concreta. Por si fuera poco, algunos parques tecnológicos instalados al margen de las universidades, y al margen de la industria local, albergan tal cantidad de suelos y tal ausencia de empresas investigando allí, que mucho me temo que, en el futuro, sea la coartada perfecta para utilizar el suelo de que disponen como ubicación ideal para nuevas naves, es decir, para convertirla y un nuevo parque comercial. Porque eso es lo que son parques comerciales, con naves abandonadas, litigios municipales por ver quién se responsabiliza de su mantenimiento y, efectivamente algunas industrias. Por cierto, que algunas se han quejado de que les están montando hasta macrodiscotecas a su alrededor con todo los problemas de inseguridad que les suelen ir asociados. Al final, como siempre, en Canarias sobran los que producen.