Los sectores más afectados desde 2007 a hoy son la construcción y los coches. No hay muchas dudas sobre el particular, son bienes muy demandados en toda época, pero particularmente cuando tienes un gran número de personas activas a las que los bancos incitan a que se endeuden para acceder a ellos. La gente se compra una vivienda como un proyecto de vida pero el coche es algo más que un capricho, una necesidad para desplazarse por trabajo u ocio y que puede ser financiada con alegría por un sector con importantes incentivos para atrapar a la gente con sus préstamos. Claro que hay responsabilidad por parte de quien no toma precaución pero en etapas monetarias expansivas se distorsiona todo de tal manera que no siempre se puede ser prudente, no se sabe hasta cuándo durará la fiesta. El sector del automóvil se dio un profundo batacazo y ha tenido lugar un proceso de concentración realmente llamativo. Tanto como la existencia de una empresa que, precisamente por su resistencia a endeudarse, pudiera solventar esta etapa con escasos ajustes más allá de los propios de quien ve caer su mercado un 40%. Juan García Padrón, de Auto Insular, tuvo siempre presente que crecer con deuda no era buena cosa. No puede decirse que le faltara razón.

-Se pasa de vender 38.788 vehículos en nuestra provincia en 2007 a 22.332 un año después. ¿Se puede estar preparado para eso?

“Es que pasaron muchas cosas, fueron los tiempos de discutir incluso si estábamos o no en crisis. Los bancos daban crédito para todo y el sector es muy sensible a eso. Luego ocurrió lo de Lehman Brothers, lo del caso Madoff, las hipotecas basuras… Todo ocurría en Estados Unidos pero tardó poco en llegar aquí. Pero había mucho dinero en circulación y de repente, se cortó”.

-Un mercado que cae un 43% el primer año pero es que llegan al peor, 2012, vendiendo 12.522. Ese es el peor momento. ¿Se ha recuperado?

“Ahora estamos en las cifras del año 2008. Es España se llegaron vender más de millón y medio de coches en un año, se quedó en la mitad. Ahora deben andar por el millón”.

-En un mercado deprimido no se vende un coche. No son bienes que, salvo estricta necesidad, se cambien con frecuencia. Sin crédito no hay venta y ustedes tenían una un cierto tamaño. Supongo que no tener deuda ayudaría mucho…

“Siempre he creído que no debía estar endeudado. Los fabricantes presionan mucho para que tengamos buenas instalaciones, mejorar la imagen de marca pero nosotros hemos preferido hacerlo cuando ha sido posible, ahora lo estamos haciendo”.

-Con recursos propios y crecimiento orgánico…

“Nosotros generamos mucha Reserva para Inversiones (RIC) y no tuvimos que pedir préstamos. Es una filosofía, nosotros hemos llegado a vender 22 millones de euros con unos gastos financieros de 7.000 euros. Es una insignificancia. Los bancos no buscan pero somos malos clientes suyos”.

-Sentían la presión del fabricante, los bancos daban más de lo que se solicitaban, otros competidores crecían, ¿nunca dudó de estar haciendo lo correcto?

“Siempre he pensado de esa forma. Hace muchos años, cuando comencé, compraba un terreno o nave y cancelaba el crédito en cuanto podía, no apuraba los plazos. Ahora tenemos 24 mil metros cuadrados de terreno y nave y no debemos nada por ellos. Ha sido una forma de hacer las cosas. En una época, siendo presidente de Apeica (la patronal de los importadores de automóviles) recomendaba a los asociados que huyesen del endeudamiento a largo plazo. No era lo habitual, conocí a empresarios que alcanzaron cifras de 16 millones de euros, eso en gasto financiero es más de medio millón. Y así es complicado”.

-Algunos han cerrado, también vemos procesos de concentración en el sector con apenas unos operadores con varias marcas en sus exposiciones.

“Hace dos o tres años había varias marcas sin representantes pero se han ido cubriendo. Lo que es cierto que ahora son más multimarcas, nosotros no hemos hecho eso. Hemos potenciado nuestro rent a car o las ventas de ocasión en excelente estado y pocos kilómetros”.

-Eso le ha permitido mantener la confianza de una compañía como Citroën, supongo

“Claro, hace unas semanas nos han dado el premio como el mejor concesionario de España. Las ventas y nuestro liderazgo lo ha hecho posible”.

-Citroën no es la primera compañía en España, ustedes sí en Tenerife. ¿A qué lo atribuye?

“Llevo más de 40 años en el sector y mis hijos están incorporados ya en la empresa. Lo conocemos y nos conocen, hemos logrado definir los puntos de venta más importantes, estratégicos. Esto es relevante, la calle del Pilar no es igual a la derecha que a la izquierda para abrir un negocio. Cumplimos todas las exigencias de calidad de la marca y estamos muy pendientes una vez hemos vendido un coche. Un cliente es un tesoro y nosotros lo cuidamos, nuestro servicio post venta se desvive por atenderlo. Nuestros talleres son muy eficientes, los mecánicos que son titulados por la marca, se esfuerzan por mejorar su capacidad de respuesta. Para que se haga una idea, nosotros tenemos un tarifario pero pretendemos ganarle tiempo. Si el tiempo para cambiar un embrague es de una hora y quince minutos, y podemos hacerlo en 55 minutos, eso es lo que haremos. El cliente se ahorra dinero y ganamos todos”.

-Las ventas parece que van subiendo, supongo que se podrá atribuir en parte a los sucesivos planes PIVE. Pero ¿no tendría más lógica prescindir de esos programas de redistribución y abaratar los impuestos a los coches?

“Ese es un objetivo del sector, el impuesto de matriculación es algo que no existe en muchos países de Europa. Aquí todo aquello que nace de forma temporal se queda para siempre. Pero es cierto que el PIVE tiene impacto, nosotros observamos que el descuento de 2.000 euros es importante, cuando no ha estado vigente las marcas han asumido esos descuentos y no han funcionado igual”.

-¿El coche eléctrico es el futuro?

“Se va hacia la reducción del CO2 y ese es el camino. Los híbridos funcionan bien y los eléctricos van aumentando su autonomía, que es esencial para su éxito”.

-Citroën logró unir Vigo con Madrid con un coche autónomo. ¿Le ve futuro?

“Es una tecnología muy desarrollada pero todavía llevará un tiempo a que la gente se acostumbre. Yo mismo no me veo en uno pero igual pasa como con los teléfonos móviles, muchos decían que no lo tendrían nunca y ya ve”.