tribuna

Las pymes en el turismo – Por Tomás Cano

Dijo una vez Graham Greene que “nuestros peores enemigos, aquí, no son los ignorantes y los sencillos, aunque crueles; nuestros peores enemigos son los inteligentes y los corruptos”.

Cierto , y pregunto qué es lo que está pasando en nuestro país, con los pequeños y medianos empresarios, no importa mucho si están en el sector turístico, o de perfumerías.

Me comentaba un pequeño hotelero con no más de cincuenta habitaciones, que no puede más, que no sabe qué hacer ni cómo sortear la cantidad de problemas cotidianos a los que se enfrenta, la Seguridad Social, la Inspección de Trabajo, la Inspección de Seguridad e Higiene, la Inspección de Sanidad, la Inspección de Turismo, la Hacienda Pública, la Hacienda Local el IBI, en fin para qué seguir; porque estos “servidores públicos” se ceban con afán recaudatorio con los pequeños empresarios, con todos sin distinción.

Mientras los alojamientos ilegales campan a sus anchas, sin ningún control, estar legalizado es “patente de corso” para estos malditos burócratas, que no entienden de situaciones de crisis, de márgenes comerciales. Ellos cobran todos los meses y no tienen personas a su cargo.

Por descontado que hay que cumplir con las reglas de juego, pero a veces, solo a veces, las reglas están para romperse o flexibilizarlas.
Si un autónomo llega a los 65 años y debe a la Seguridad Social sus cuotas, no puede cobrar su pensión, es justo, pregunta.

En fin, en la tierra donde nos ha tocado vivir viendo y siendo también un pequeño empresario, hay solo dos Españas, la de los poderosos y políticos y el resto de tejido empresarial pequeño, que es de vital importancia para nuestra economía, pero no existe para los mentecatos que nos gobiernen. No quiero olvidarme de los bancos, qué decir de ellos que están en quiebra gracias a sus abusos. Nosotros no podemos esperar nada de ellos.

No importa quién nos gobierne, como he mencionado serán los enemigos de la pequeña empresa, porque son inteligentes y corruptos y alguien tiene que pagar sus desvaríos políticos por ellos, y esos somos nosotros. No le demos más vueltas, al final el no legalizado es un corrupto que se aprovecha de la situación política del país, y aprende del comportamiento de nuestros gobernantes.