El dardo

Corrupción

En tan sólo un par de días, han trascendido varias noticias sobre escándalos de corrupción en Canarias, reales en unos casos, presuntos en otros, en el bien entendido que corrupción, como afirma el diccionario de la Real Academia, es “en las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquéllas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores”. Quizás el caso más sonado sea el que se refiere al inflado de facturas -en algunos casos hasta el 40% del precio real- y al pago de pluses prohibidos a sus directivos por parte de empresas públicas del Gobierno de Canarias durante los años 2013 y 2014, según estima el Tribunal de Cuentas del Reino basándose en datos de la Audiencia de Cuentas autonómica. La cosa no va a quedar en mera denuncia ya que el mentado tribunal ha pasado el correspondiente tanto de culpa a la Fiscalía del Estado, por existir indicios de responsabilidad contable que habrá que determinar.

El asunto deriva de las inspecciones practicadas en un montón de contratos externalizados por parte de tres consejerías del Ejecutivo autonómico y de otros tantos servicios. A la chita callando, parece que mientras unos se apretaban el cinturón, otros se aprovechaban del dinero de todos. A su vez, la Audiencia Provincial ha condenado por prevaricación (dictar a sabiendas una resolución ilegal o injusta) al ex alcalde de Arona González Reverón y al ex concejal Antonio Sosa a entre siete y ocho años y medio de inhabilitación especial para todo empleo o cargo público. Se trata de la punta del iceberg de los escándalos urbanísticos
-muchos aún en periodo de investigación- que durante años se han producido en dicho municipio tinerfeño y que ahora empiezan a pasar por los juzgados. Otra cuestión no menor es la nunca negada presencia de la mafia italiana en el sur de esta isla en operaciones de blanqueo de dinero, con algún crimen por medio, en este caso en Nápoles. El juicio que se desarrolla en la Audiencia Nacional contra 21 camorristas imputados por sus actividades ilegales en España revela que el complejo turístico Marina Palace levantado en Adeje se pagó con dinero negro y estaba en el centro de las operaciones mafiosas. Son tres botones de muestra de la corrupción que no cesa.