cuadernos de áfrica

El olvido

Se cumplen cuarenta años de la vergonzosa manera en la que España se retiró de su provincia del Sahara occidental. Cuatro décadas de amnesia histórica en los que la hábil diplomacia marroquí ha estancado el referéndum de autodeterminación de un territorio del que, según el derecho internacional, aún somos la potencia administradora. España se ha convertido en un país desquiciado, gritón, vulgar hasta decir basta y con una preocupante deriva. La cuestión del Sahara y su “descolonización” es un tema tabú, pues los gobiernos postfranquistas viven postrados a los antojos del moro y buena fe de ello es el vacío mediático al respecto. No nos engañemos, París y Washington dan más importancia a sus relaciones con Rabat, al que consideran aliado primordial contra el integrismo, que con La Moncloa.

El tiempo se evapora y lima voluntades de la misma manera que gran parte de las nuevas generaciones se relevan bajo el testigo de la ignorancia indolente. De igual manera que cuando los argies invadieron las Malvinas y gran parte de la población británica desconocía la posesión de unas islas en el fin del mundo; ¿sabrán algo de la responsabilidad histórica hacia el Sahara nuestros adolescentes?; lo dudo. A ellos les diré que era una provincia más y que los saharauis tenían DNI; que el territorio fue invadido bajo el beneplácito de los EE.UU. y que gran parte de su población lleva ya décadas viviendo en el desierto argelino en condiciones precarias. Tindouf es la capital mundial del olvido. Una cárcel de arena con horizonte infinito donde el tiempo se paró a la espera de algo que tal vez nunca ocurra.

¿Y qué pasará? No lo sé. Se trata de un tema delicado pues se aúnan la cobardía española, la importancia de llevarse bien con Marruecos y los intereses geoestratégicos que tras el 11S cambiaron el mundo. Cierro con una triste anécdota; hace algunos años, un amigo de El Aaiún me propuso traer unos críos a Tenerife para una revisión médica. Marruecos corría con todos los gastos del viaje; lo comuniqué a una asociación de amigos del pueblo saharaui y la respuesta fue… “No es buena idea porque son niños de las zonas ocupadas y no de Tindouf…”. Otra complicación más, la humana.

*CENTRO DE ESTUDIOS AFRICANOS DE LA ULL
cuadernosdeafrica@gmail.com