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Chochos y moscas - Por Román Delgado

mí me gustaría mucho (y estoy loco por lograrlo) que de una vez, de una decente vez, las cosas se hicieran de otra manera, sobre todo en la política: la de partido, la de ayuntamientos y cabildos y la de todo lo que por ahí asome, que ya sabemos que no es poco

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Sequía de valientes - Por Román Delgado

El curso se ha iniciado (el político, claro: ¿cuál iba a ser si no?), incluso con adelantos de enorme solvencia el fin de semana, con una nueva ristra de ejemplos que confirman el desastre aún mal ponderado de que este no es país para valientes, en especial dentro del esquizofrénico mejunje de la denominada clase política

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Regreso sin ruido - Por Román Delgado

Creo que siempre esto es lo mejor: entrar sin hacer ruido alguno, nada de ruido, como si realmente no llegaras, aunque sabes que estás y ya pisas suelo firme. Resulta mágico. Sólo un instante, pero mágico. El penúltimo regalo

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Historias con final de muerte (y II) - Por Román Delgado

Aquella tarde ya percibía que no estaba para nadie, incluso ni para su amigo del alma. Tras las noticias grises primero y negras después del señor de la bata blanca, había decidido tirar de todas las correas para apagar la luz cristalina de tanto día soleado y así ir preparando su cueva para el atraque del ocaso

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El trazo de la mentira - Por Román Delgado

El presidente del Gobierno está presionado, muy presionado, presionado como nunca, hasta la médula, y para colmo de males (¡ay EPA que traerá aire fresco, salvadora, cuándo llegarás al fin!), todos los caminos se le cierran, confluyen y dibujan una única senda

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¡Ay Mariano! - Por Román Delgado

Igual me equivoco, que para eso este país sigue siendo un auténtico esperpento, pero creo que esta vez va a ser que no. De nuevo cae el sol y parece más claro que Mariano Rajoy, el presidente de todos los españoles y españolas (millones lo apoyaron, dice) y gran jefe del PP…

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Ceiba amarilla - Por Román Delgado

Estaba yo tostándome en el parque, sin ganas, pero tostándome al fin y al cabo, como cualquier tontorrón atrevido que no teme meter la mano en fuego de más de 30 grados centígrados, cuando miré a lo alto, lo que hago casi siempre al introducirme en ese parque fantasma…

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Página y frontera - Por Román Delgado

Yo el jueves por la tarde, en TEA y atendiendo al verbo de unos cuantos, opté por la alabanza oportunísima al hecho de que la revista literaria La Página, hecha en Canarias, aún siga vivita y coleando, con nada menos que 100 números a sus espaldas (¡ños…!)

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Indigestión azul - Por Román Delgado

El atún que vio Oramas en el mercado seguro que no era rojo, y si lo hubiera sido, tampoco sabría diferenciarlo de una tuna, un atún blanco, un atún claro o rabil, o de un bonito que dicen los canarios. Pasa por hablar de oído. Malo

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Libro y libro - Por Román Delgado

La mecha encendió tras recuperarme del susto capital de no poder acordarme, al menos en ese eterno minuto, del título y autor de la última novela que pasó íntegra por mis ojos. Les aseguro que fue un minuto agónico, de vacío letal, de quedarme para siempre sin letras, párrafos, historias…

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Griterío estéril - Por Román Delgado

Los que gritan, los que más gritan, los chillones y las chillonas (para que quede claro que no excluyo por sexos), sobran en la política, como sobran los mentirosos, los tramposos, los ladrones y los incompetentes

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Repetida sinrazón - Por Román Delgado

Hay más cosas, entre ellas el envite que con triunfos el aspirante cabildicio Carlos Alonso ha largado al presidente Rivero. No lo hace por valentía: lo hace porque se siente respaldado por el mandador de su equipo en esta partida de pericón. Y ya freno en seco

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Alegría de festivo - Por Román Delgado

La joven quería aprovechar el domingo desde muy temprano, desde que la luz lo alumbrara, para así optar a todos los placeres comunes, dulces y casi infinitos que había coleccionado con endiablado orden en la noche del día anterior, metida en la cama y navegando en un sueño caluroso, húmedo, líquido

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País estiércol - Por Román Delgado

Algunas llevan la marca Blesa, al que ayer volvieron a entalegar, ya sin salida posible a cambio de dinero, que se sospecha que ordenó una operación para intentar ser más rico (se sabe que la riqueza no ocupa lugar, como la inteligencia); otras el distintivo Gürtel, que también están en el grupo de las más apestosas, y luego aparecen unas originarias del sur y con sello ERE

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Bocazas - Por Román Delgado

Es para algunos, cada vez para más gente, un parlanchín de tres al cuarto: alguien que abusa de su capacidad para decorar el verbo y ponerlo a disposición de la reprochable manipulación política, siempre sin reparo que valga, y así le va de fantástico