Canto al enano de Santa Cruz de La Palma - Por Álvaro Fajardo Hernández*
Me gustaría haber tenido los ojos dilatados como las pupilas de mi hija Vanessa, una niña de 4 años , cuando en 1975 sentada en las frías baldosas de la plaza de Santo Domingo, estaba absorta ante el pie ágil y nervioso de un astrólogo Enano danzante que respondía al nombre de Santana y numeración olvidada