Así fue como se pudo a confirmar que los detenidos, a instancias de uno de ellos, que ejercía de vicepresidente, habían constituido el club de baloncesto Saona para amparar una oferta de empleo con la que poder traer desde la República Dominicana a un familiar de este último
La actividad del grupo delictivo consistía en la creación de empresas ficticias o carentes de cualquier actividad en las que se contrataba a trabajadores que pagaban unas cantidades económicas que oscilaban entre los 600 y los 2.500 euros
La trama, a partir de la constitución de empresas ficticias a nombre de terceros, los responsables facilitaban por 500 euros la documentación necesaria para que extranjeros solicitaran o renovaran permisos de trabajo y residencia, así como acumular los mínimos plazos de carencia para obtener subsidios de desempleo
La organización, que cobraba por los contratos entre 1.000 y 3.000 euros, utilizaba los datos de varias empresas, algunas ficticias y otras reales, cuyos administradores desconocían ese uso fraudulento