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LA COLUMNA > POR MANUEL IGLESIAS

En los tiempo de las conjeturas

   

Pío Cabanillas fue una de las figuras políticas de la transición democrática, desde altos cargos en el tardofranquismo a ministerios en la etapa posterior, pero especialmente se le recuerda por una de sus frases, la que pronunció en una reunión con sus correligionarios principales: “Ganaremos, pero no sé con quiénes”. Fue en 1977, antes de que estuviesen claras las posiciones y alianzas personales, en vísperas de las primeras elecciones y, efectivamente, entraron en el poder.

Ha sido muy recordada en estos días en la que los pactos a uno u otro lado se han puesto de la más rabiosa actualidad, con un análisis de la situación que casi siempre en sus conclusiones se mueve en torno a las simpatías personales o ideológicas de cada uno, con lo que las conversaciones de los protagonistas políticos se ven bien o mal según lo que se haya votado y la gente se sumerge hasta en discordincias notorias, como ver excelentes determinados acuerdos si los hacen los “suyos” o denigrar unos comportamientos iguales si los desarrollan “los otros”.

Hasta tal punto se producen paradojas que se escucha como por algunos se afirma de forma natural que están de acuerdo con el movimiento antisistema rebautizado como 15-M (y al que se les ha aplicado también otros nombres más o menos descriptivos) y en contra este proceso de buscar pactos y parece que se olvida que una de las reivindicaciones políticas del sector relevante de estos grupos es acabar con el bipartidismo y, precisamente, dar entrada en las instituciones a más “sensilidades” y tendencias, lo cual lleva esta necesidad de conversaciones y acuerdos. Con lo cual, o se está conforme en que gobierne directamente la lista más votada con barreras más duras para evitar la dispersión, lo que conduce al bipartidismo, o se acepta el multipartidismo actual canario, con la necesidad de convergencia a varias bandas. Estar con los dos es incoherente.

Dentro de ese contexto de multipartidismo, o más exactamente de un tripartidismo mayoritario que tenemos, con el añadido de algunas fuerzas menores en distintas corporaciones y circunstancias, muy probablemente la situación en las diversas instituciones canarias se aclarará a lo largo de este fin de semana.
Todo está en manos de los que se decida en el PSOE en el ámbito nacional y la disciplina con que se acate.

Es conveniente recordar que se trata de un partido estatal, no insular, aunque algunos parece que actúan como si fuera lo contrario, es decir, como si creyeran que los votos son de ellos y ellos deciden por sí solos, y no en mayor medida de las siglas que los tuteló.
Y ya que se comenzaba citando una frase de Pio Cabanillas, se puede concluir como consejo a los lectores con otra menos conocida del mismo estratega y que hace unos días, en Valle Guerra, recordaba el duque de Ahumada: “Señores, en este momento lo más urgente es esperar”.