“Mantenemos la esperanza”

Los aficionados del CV Tenerife no quieren quedarse de ‘brazos cruzados’ ante el incierto futuro que acecha a la entidad blanquiazul. | DA

DIARIO DE AVISOS | Santa Cruz de Tenerife

Al CV Tenerife se le acaba el tiempo para solventar sus dificultades económicas y sus aficionados están dispuestos a evitar que el club más laureado de Canarias tenga que decir adiós a la competición.

“Queremos aportar nuestro granito de arena para intentar que este club no desaparezca. Sabemos que es muy complicado, pero lucharemos hasta el final” señalaba Patricia, de la peña Ciberdemonios Blanquiazules en los micrófonos de Teide Radio- Onda Cero.

El llamamiento de ayuda lanzado desde la entidad blanquiazul el pasado viernes se ha contagiado entre sus seguidores, que han puesto en marcha varias propuestas. “Hemos pensado en manifestarnos o hacer alguna movilización, pero estamos viendo las posibilidades. Hemos creado un grupo en Facebook llamado: Sí podemos salvar al CV Tenerife, y esperamos recibir el apoyo de todo el mundo”.

Una de las posibilidades más reales es la de “abrir una cuenta en CajaCanarias para poder recibir la ayuda de todo el que quiera porque ahora mismo cualquier ayuda que pueda llegar es muy importante para nosotros”.

A pesar de sus intentos para no perder la esperanza al señalar que “hemos puesto hasta loterías para ver si tenemos algo de suerte”, a día de hoy casi esperan “un milagro como sucedía con Quico Cabrera, que muchas veces al final aparecía algún tipo de ayuda” porque la situación empeora con el paso de los días.

Patricia, que considera que quizás el llamamiento se lanzó “algo tarde” espera que alguna institución pública, o alguna empresa privada, no deje “morir al equipo más laureado que tenemos en toda Canarias”.

Mientras, en la sede del club el trabajo es atropellado. Zoraida Lorenzo sigue al frente de la nave en su intento para no ver como concluye la andadura competitiva del CV Tenerife.

Los 200.000 euros que necesitan recibir de manera inminente parecen una cifra demasiada alta para los tiempos que corres, pero la esperanza no se pierde en el Santiago Martín.