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El Tenerife presentará un ERE

   

Miguel Concepción, presidente del CD Tenerife. | DA

MÁXIMO MARTÍN | SANTA CRUZ DE TENERIFE

Ya se sabía que el descenso de categoría conllevaría consecuencias terribles para la entidad. No solo el ámbito deportivo será el perjudicado. El viaje a Segunda B también dejará a muchas familias en la calle. El club presentará un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) extintivo, que provocará el despido de una parte de los empleados.

El club comenzó a comunicar ayer mismo, por teléfono o por fax, a un grupo de sus trabajadores que se verán afectados por esta medida, que pretende reducir el personal que trabaja en la empresa.

Con el ERE se busca la suspensión o extinción de las relaciones de trabajo o la reducción de la jornada por causas económicas, técnicas, organizativas, de producción o de fuerza mayor, o por extinción de la personalidad jurídica del contratante. De esta manera el ERE supone un despido colectivo. Se especula que cerca de 50 empleados, especialmente del ámbito de las oficinas, puedan ser los que se vean afectados por esta medida, aunque ninguna fuente consultada ayer por DIARIO DE AVISOS quiso aclarar este punto.

A mediados del próximo mes, el club volverá a comunicarse con sus empleados. Podría ser el 12 de julio, según dio a conocer Radio Marca, cuando se conozcan todos los detalles de esta medida que toma el club presidido por Miguel Concepción.

Un barco a la deriva

Económicamente, el Tenerife es un barco que carece de rumbo y que tiene muchas papeletas para acabar hundido. La disminución de ingresos en Segunda División B es realmente brutal. El equipo pierde de golpe los ingresos que se facturaban por los derechos de televisión, que ya de por sí eran escasos tras la caída de Primera Segunda A (de 14 millones de euros se pasó a algo más de dos). Igualmente descenderá las cantidades que se recaudaban en concepto de ingresos atípicos y publicitarios. Incluso el dinero que se obtendrá por las taquillas y por la venta de abonos será sensiblemente inferior.

Con ese panorama, el club difícilmente puede hacer frente a unas cuentas que arrojan una deuda de algo más de 27 millones de euros, números auditados a 30 de junio de 2010. 16,5 de esos millones deberán abonarse a largo plazo, mientras que 4,5 serán a corto plazo.

Instituciones públicas (como Hacienda y la Seguridad Social) y privadas (como CajaCanarias) son las principales acreedoras del Tenerife. Además hay que sumar la deuda que se tiene con los jugadores de la temporada pasada, a los que se le debe cerca de cuatro millores de euros.

Todas esas cantidades sumadas son la consecuencia de la decisión que tomado la directiva del club.
Lo peor en el Tenerife está por venir. Que ya es decir.