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POR RANDOLPH REVOREDO >

Erizamiento

   

Algo raro hay en el ambiente. ¿Soy el único que lo siente? Hace días hubo una erupción solar de dimensiones colosales. El movimiento 15M parece como si comenzara a mutar en otra cosa, gracias a la típica torpeza policial y política. Entra el miedo a una ralentización de economías como la americana y la china (casi nada). Por primera vez Grecia habla de la posibilidad de un impago en la deuda soberana. Con lo que significa que no solo no está resuelta la crisis griega si no que no se sabe las ramificaciones que este nuevo capítulo tendrá sobre la zona euro.

Parece como si algo debajo de la costra terrestre reinicia una marcha congelada por el tiempo. Por otra parte acaba de pasar el 40 de Mayo. Un punto de inflexión. Muchas de las cosas que no parecen que no cambiarán nunca están comenzando a ponerse en el tapete precisamente porque no se mueven.

Son muchas las cosas que deben cambiar y muy pocas las que cambian; algo que, debe recordarse, provocó alzamientos en el mundo árabe contra sus líderes.

Al ser demasiadas las cosas intocables a las que nadie se atreve a poner el cascabel al gato y al ver cómo las barbas del vecino arden -no ya Irlanda o Portugal- si no España, que por cosas del destino es el todo o nada de la unión económica y al mismo tiempo observar una gestión de los problemas fiscales por parte de la Comisión Europea bastante lenta y poco eficaz toda da qué pensar.

¿Qué dirección está tomando el mundo? Da la sensación que se está en un momento bisagra de la historia; como si algo se estuviera cocinando a nivel planetario, no en el sentido conspiranoico si no en el otro sentido: suma de precondiciones llegadas allí por azares a las que a veces una chispa genera suficiente fuerza explosiva como para cambiar la trayectoria de un proyectil.