Eva María se fue…

Vuelvo a coincidir con el indiscutible creativo e imaginativo autor de las ya famosas frases que acompañan el tránsito por la ¿autopista? TF-5 -¿por cierto, alguien sabe por qué lo del ‘5’ si, por ejemplo, se construyó antes que la TF-1 o la TF-2?- y en la que hace unos días se pudo leer la inolvidable canción de ‘Fórmula V’ a modo de refrescante arranque veraniego ‘Eva María’, que al parecer se fue buscando el sol en la playa con su maleta de piel y su bikini de rayas, aunque nunca supimos si se marchó en coche, avión, barco, tren, tranvía o, sencillamente de ‘choleo’.

Lo digo porque si inició, al igual que muchos, sus vacaciones usando el vehículo se habrá encontrado con otra brutal subida de la gasolina y eso que Rubalcaba anunció que podíamos volver a subir la marcha a los 120 km/h porque no se esperaba un inminente aumento del petróleo. Y es verdad, el barril de crudo continúa a la baja, pero el Gobierno español decidió subir los combustibles. ¿Incomprensible? No, en absoluto. ¡Llegaban las vacaciones! Mientras los Mercados se inundaban de barriles de crudo, con lo que el abaratamiento del mismo es patente, el precio final que el conductor sigue pagando en las estaciones de servicio es, sencillamente, un abuso. Como la canción de ‘Fórmula V’ cuando se acaben los días de asueto y, al igual que Eva María’, ella (las vacaciones) se marchó y solo me dejó recuerdos (combustibles a precio de oro) de su ausencia sin la menor indulgencia.

Después de este nuevo atropello a los bolsillos de los ciudados, sólo me gustaría decirle una cosa a los responsables de seguir ordeñando la ‘vaca lechera’ en la que se ha convertido todo lo que rodea a la automoción y al transporte: menos coches oficiales, menos súper sueldos y ¡menos impuestos!, sobre todo, aplicados en los bolsillos de los que menos tienen. ¡Ojalá el coche eléctrico sea pronto realidad! Como decía la canción paso las noches así, pensando en Eva María. Cuando no puedo dormir miro su fotografía. Que bonita está bañándose en el mar tostándose en la arena mientras yo siento la pena de vivir sin su amor. ¡Qué voy hacer!