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Por Tinerfe Fumero >

La columna Churchill

   

Una ‘abajofirmante’ con ideas propias al respecto

Una de las caras nuevas del Ejecutivo autonómico es la consejera de Empleo, Margarita Ramos Quintana. ¿Nueva? No tanto, no tanto. Ramos Quintana es un personaje muy conocido en la Facultad de Derecho de La Laguna, donde fue decana entre 1996 y 1999. Tampoco se puede decir que sea nueva en la política porque fue nombrada consejera experta del Consejo Económico y Social estatal en 2009. Pero un dato nada baladí de su currículo es un artículo publicado en El País el 20 de marzo de este año donde no sólo figura como lo que antaño se llamaba abajofirmante, sino que la firma es: Margarita Quintana y otros.

Caramba con los otros…

Caramba con la nueva consejera. Margarita Quintana y otros… 17 catedráticos y profesores de Derecho Laboral representantes de universidades de toda España. Háganse una idea: el quinto nombre es el de Manuel Álvarez de la Rosa, cuyos textos ha estudiado la mitad de los abogados ejercientes por estos lares… ¿El artículo? Pretendía dotar de sensatez académica a la inminente reforma de la negociación colectiva y decía verdades como puños, oiga.

No al arbitraje y no a ligar salario con productividad

Entre otras aportaciones, el artículo de la nueva consejera y sus ilustres otros deja bien clarito que los expertos consideran el arbitraje “un retroceso”, mientras que, en su opinión, ligar el salario a la productividad tendrá “el efecto de infligir a los trabajadores más sufrimiento”. Otra perla es que se clama contra la inseguridad que provocaría suprimir la llamada ultraactividad, que básicamente consiste en prorrogar el convenio mientras se negocia el nuevo. ¿Y qué pasó? La ultraactividad se acota a tres meses y los arbitrajes tienen rango de ley. Mientras, Gobierno central, empresarios y UE insisten en lo de la productividad…