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EL DARDO POR > LEOPOLDO FERNÁNDEZ

Teddy

   

La que se ha liado con la SGAE o Sociedad General de Autores de España! Como si hubiera llegado la hora de la venganza y de cobrarse ciertos excesos recaudatorios y cánones desacreditados, las redes sociales están que echan humo y los internautas colocan a la centenaria sociedad de gestión de los derechos de autor en el blanco de todos los ataques.

Prefiero no decir nada de su presidente ejecutivo, el grancanario Eduardo (Teddy) Bautista, quien fuera excelente músico y productor, líder del grupo musical Los Canarios, Judas de Jesucristo Superstar y salsa de todas las actividades culturales… C

onsiderado gurú y lobby por excelencia del mundo cultural español, es colocado a los pies de los caballos. Los internautas le recuerdan desde los problemas con su exmujer, a su salario actual (250.000 euros anuales y una pensión garantizada de 24.500 euros mensuales desde su jubilación).

Emulando su vieja y exitosa canción, Get on your knees, lo ponen de rodillas al considerarlo padre de todas las culpas y verdadero responsable de las presuntas irregularidades detectadas en la SGAE, en especial desviación de fondos y apropiación indebida, estafa y fraude de subvenciones. Yo me quedo con la presunción de inocencia en espera de que concluyan la intervención de la Audiencia Nacional, las 17 órdenes de registro de domicilios y empresas y las declaraciones de los cuatro imputados.

Y si Bautista es culpable, que pague por ello; pero si no, que quede limpio su buen nombre y también -guste o no a sus numerosos enemigos- lo mucho que ha hecho por los autores españoles y por sus derechos, pues no en vano la Sociedad recauda más de 375 millones de euros al año y cuenta con más de 150.000 socios cuando hace una veintena de años la SGAE era una ruina.

Hoy se ha convertido en un entramado societario de primerísimo nivel y tal vez éste haya sido su punto flaco, al ir probablemente más allá de sus propias potencialidades y olvidar que el ánimo de lucro no debe figurar nunca, por estatutos y razón fundacional, entre sus objetivos.

Bien está, si no se sobrepasa en Derecho, el ánimo recaudatorio en defensa de los derechos de autor y de la propiedad intelectual; pero no son aceptables el abuso, la intimidación y el afán confiscador y prepotente con que ha actuado la SGAE con la inevitable complicidad del Gobierno, que para más inri elevó a normas jurídicas -por ejemplo la llamada Ley Sinde y su canon digital- algunas de las abusivas pretensiones de la SGAE.

Tuvieron que venir los tribunales, incluso los comunitarios, para dejar las cosas en su sitio. La intervención actual de la Fiscalía es el resultado de tanto abuso y falta de trasparencia.