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LAS CONSECUENCIAS DE LA CRISIS DE LA DEUDA >

Standard & Poor’s quita la nota máxima a la deuda soberana de EEUU

   

Reuters/EP | Nueva York

La agencia de calificación crediticia Standard & Poor’s ha decidido rebajar de categoría la deuda de Estados Unidos, hasta ahora con nota AAA+, debido a la preocupación sobre el déficit público pese al acuerdo alcanzado esta semana por el presidente, Barack Obama, y legisladores demócratas y republicanos. De esta forma la mayor potencia económica del planeta se queda en el AA+ por primera vez en la historia.

“La rebaja refleja nuestra opinión de que el plan de consolidación fiscal que pactaron recientemente el Congreso y la Administración se queda corto respecto a lo que, según nuestro punto de vista, será necesario para estabilizar las dinámicas de deuda del Gobierno a medio plazo”, argumenta S&P en un comunicado.

La agencia considera “negativa” su última revisión, lo cual adelanta que es posible otra rebaja en un plazo de entre 12 y 18 meses.

El pasado 14 de julio Standard & Poor’s puso en revisión la calificación de la deuda soberana por temor a que el Congreso no pudiera lidiar adecuadamente con el déficit, situado en 1,4 billones de dólares, o 980.000 millones de euros. Esto equivale a un 9 por ciento del PIB y supone uno de los déficits más altos desde la Segunda Guerra Mundial.

La incertidumbre sobre el equilibrio fiscal de Estados Unidos ha afectado a los bonos del Tesoro. En su día considerados como los más seguros del mundo, ahora tienen una calificación inferior a los de países como Reino Unido, Alemania, Francia o Canadá.

Por su parte, Moody’s confirmó esta semana la categoría AAA+ para la deuda norteamericana. A finales de mes se pronunciará la tercera gran agencia internacional de calificación, Fitch Ratings.

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David Berrs achaca su decisión de rebajar la deuda de EEUU a la “improvisada política fiscal”

El máximo responsable detrás de la histórica decisión de Standard & Poor’s de rebajar la calificación de deuda de Estados Unidos, David Beers, explicó este sábado que la decisión se debe, en buena parte, al largo debate bipartidista en el Congreso de EEUU sobre el aumento del techo de deuda que ha puesto de relieve la “débil e improvisada política fiscal estadounidense”.

S&P recortó la calificación de deuda a largo plazo de Estados Unidos en un grado, hasta el nivel AA+, por sus preocupaciones sobre el déficit de presupuesto del Gobierno y su creciente deuda. La decisión podría elevar los costos de endeudamiento del gobierno, compañías y consumidores estadounidenses.

“Nosotros nos tomamos muy en serio nuestras responsabilidades, y si al final de nuestros análisis el comité concluye que una calificación no está donde creemos que debería estar, es nuestro deber tomar esa decisión”, explicó Beers en una entrevista a Reuters.

S&P ha estado bajo duras críticas del Gobierno de Obama por basar demasiado su decisión y análisis en el agrio debate para aumentar el límite de deuda que llevó a un acuerdo de última hora el martes para evitar una moratoria de Estados Unidos.

Beers, quien está a cargo de las calificaciones soberanas en S&P, reconoció que en la decisión de la agencia influyó mucho el cambio en la “dinámica política” de Washington que impidió que los miembros del Congreso elaboraran un plan más amplio para reducir el déficit.

“Desde el punto de vista de la política fiscal, el proceso se ha debilitado y se ha vuelto menos predecible de lo que era antes”, afirmó. “Esta es la historia sobre las dificultades destacadas por el debate del límite de deuda, improvisando algún tipo de elecciones de política fiscal”, agregó.

En relación a los presuntos contactos entre la agencia y el Gobierno de Estados Unidos en las horas previas a la decisión, el portavoz de S&P John Piecuch señaló que la compañía siempre da a un emisor de deuda la oportunidad de revisar el anuncio antes de que sea público. “Ellos pueden verlo y revisar las cifras, ver los cálculos. Eso es lo que ocurrió”, declaró Piecuch.

En un comunicado divulgado posteriormente, S&P confirmó que cambió sus suposiciones económicas después de hablar con el Tesoro, pero dijo que no afectó la decisión de rebajar la calificación de deuda del país.

Utilizando las suposiciones preferidas por el Tesoro sobre el ritmo del crecimiento del gasto discrecional, S&P revisó su estimación de la deuda general del Gobierno en los próximos 10 años en 20,1 billones. Esa es una reducción desde la cifra de 22,1 billones de la suposición original.

Ambas estimaciones se basaron en escenarios fiscales brindados por la no partidista Oficina de Presupuesto del Congreso, dijo S&P.

“La atención principal (de la revisión de calificación) se centró en el actual nivel de deuda, la trayectoria de la deuda como una porción de la economía, y la falta de aparente voluntad de los funcionarios electos como grupo para lidiar con el panorama fiscal de Estados Unidos en el mediano plazo”, dijo S&P en el comunicado.

“Ninguno de estos factores claves fue significativamente afectado por la revisión de las suposiciones del crecimiento del gasto discrecional asumido, y por lo tanto no tuvieron impacto en la decisión de calificación”, agregó.

Beers dijo que un elemento que contribuyó a la decisión fue la revisión a la baja de la cifra del PIB de Estados Unidos la semana pasada. Los datos mostraron que la economía de Estados Unidos casi se estancó en la primera mitad del año.

“La recesión fue más profunda de lo que todos pensaron hace un año y creemos que esto plantea la posibilidad de que la recuperación siga siendo débil”, afirmó.
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