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Bienvenido, Míster Oleaje

   

El barrio costero, a la espera las grandes mareas previstas para los próximos días. / SERGIO MÉNDEZ

NANA GARCÍA | SANTA CRUZ DE TENERIFE

Un mes después de los graves destrozos causados por las mareas extremas en la escollera, avenida marítima, viviendas y comercios del barrio de San Andrés, los vecinos observan con incertidumbre la intervención en materia de protección que lleva a cabo el Ayuntamiento de Santa Cruz para afrontar las mareas de San Miguel, previstas para los próximos días y que están consideradas las más altas del año debido a que son provocadas por el equinoccio y la acción gravitatoria del Sol y la Luna.

Pero el conocimiento adquirido por las situaciones vividas junto al mar durante años lleva a los propios habitantes de San Andrés a dudar de la fuerza con la que penetrará en los próximos días el oleaje. “Las piedras de la nueva escollera van a frenar bastante las olas; la marea tiene que venir más fuerte que la que vino el otro día” para causar destrozos, indica el experimentado pescador Fernando González. Como él, muchos vecinos y comerciantes se muestran escépticos con el anuncio de nuevas inundaciones a causa de las mareas extremas, ya que en esta ocasión “son del norte” y “solo una marejada, las mareas altas son con las fases lunares”, explica González, quien fuera patrón de la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores durante 17 años.

Tranquilidad

En la misma línea se pronuncia Ramón Plasencia, uno de los propietarios de tres de los establecimientos que resultaron más perjudicados por las mareas vivas del 29 y 30 de agosto (Marisquería Ramón, hamburguesería El Diamante y el restaurante El Rubí), quien asegura que “siempre, una vez al año, la marea es más alta o más baja”, sin embargo, este fenómeno solo supone una amenaza “si coincide con mar de fondo o tiempo sur”. En todo caso, Plasencia apunta que “seguro que va a haber reboso” de al menos “tres metros”, aunque no cree que se produzca una situación similar a la de hace un mes porque los trabajos llevados hasta el momento “han reforzado” la escollera de tal manera que “romperá y debilitará mejor” el embate.

La protección de la principal vía de acceso al pueblo de San Andrés y a la playa de Las Teresitas quedó considerablemente deteriorada tras las entradas del mar de finales del mes pasado. Actualmente, muchos comerciantes y vecinos están intentando recuperarse de los daños causados por las mareas vivas de agosto, como es el caso de el bar El Castillo, cuyo propietario, José Everto Fernández Hernández, matiza que en cuarenta años que lleva frente a este negocio “nunca” había presenciado una situación igual. “Todavía tengo las averías de la otra inundación, porque el seguro no nos lo ha arreglado, y el Ayuntamiento no ha tomado medidas ni ha puesto nada para protegernos de las nuevas mareas”, asevera.

Prevención

Según advertía hace unas semanas el profesor titular de Ingeniería Hidráulica de la Universidad de La Laguna (ULL) Juan Eusebio González Fariñas, “los tramos frente al Castillo y la calle Aparejo; frente a la calle La Cruz o San Andrés (Marisquería Ramón); entre las calles Carabela y José Benigno y en las zonas al este y al oeste del espigón son de peligrosidad potencial ante la ocurrencia de un nuevo evento de mareas elevadas con oleaje o, simplemente, de oleajes de alguna envergadura”. Ante la amenaza de nuevos oleajes, algunos lagarteros, comerciantes y hosteleros se han puesto manos a la obra para emplear diversos sistemas de protección que impidan la invasión del agua. José Vicente Vera Rodríguez, responsable del restaurante La Pandorga, controlaba en la mañana de ayer cómo unos albañiles tapiaban los “respiraderos” del almacén que poseen en el sótano de su establecimiento, por los que penetró el agua la madrugada del pasado 29 de agosto, a pesar de estar ubicados a medio metro del suelo. “Aún no se han cuantificado los daños pero perdimos parte de la mercancía y el agua salada oxidó algunas estanterías y parte del suelo del depósito”.

Los trabajos de rehabilitación de la escollera continúan estos días. / SERGIO MÉNDEZ

Protección

Mientras la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar continúa los trabajos de reparación de los desperfectos ocasionados por las entradas del mar en la escollera de protección de la avenida marítima y su muro de coronación, el Consistorio capitalino se entrega a la mejora de la seguridad del pueblo pesquero, particularmente la de aquellas viviendas y locales edificados en una cota más baja del nivel del mar (conformada por las tres primeras calles paralelas al paseo marítimo y hasta el Castillo).

Así, según informa en un comunicado, entre las principales actuaciones realizadas destacan la mejora de la canalización de tuberías de saneamiento y aguas negras y también la de la red de evacuación de aguas pluviales y de las que llegan de los rebosos del mar , la limpieza de la desembocadura del barranco de El Cercado y la señalización de todo el espacio afectado por las obras que se están efectuando tras los efectos de la última pleamar.

Del mismo modo, en la mañana de ayer varios trabajadores de la empresa PAYSA Construcciones y Reformas, SL, colocaban ayer unidades de biondas de protección tipo New Jersey frente a los locales y viviendas el de la avenida Marítima, una solución que, a juicio de los vecinos no es la más adecuada. “Tenían que haberlas colocado en el paseo, que es donde rompen más la ola”, afirma Fernando González, quien coincide con José Vicente Vera en que la solución adoptada por el Ayuntamiento “colapsa la avenida”, pero no ayuda. En todo caso, el dueño de La Pandorga estima que las medidas que se adopten “no protegen realmente” porque “el daño no lo hacen las piedras, sino el agua”. Más crítica se muestra Ely Perona Huertas, de la Tasca El Asunto, al afirmar que estas medidas “solo son un parche para cubrirse las espaldas y tapar la boca a los vecinos”.

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Mejoras en la red

La Empresa Mixta de Aguas de Santa Cruz de Tenerife (Emmasa) ha colaborado con el dispositivo impulsado y coordinado por el ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife con el objetivo de mejorar las condiciones del barrio de San Andrés frente a las mareas altas que lo afectarán, según las predicciones metereológicas, en los próximos días, informa un comunicado. Más concretamente, Emmasa ha procedido a una limpieza meticulosa de toda la red de saneamiento y ha sustituido las rejas y rejillas de los imbornales y desagües, procediendo asimismo a la revisión de las tapas de alcantarilla y de arquetas. Al mismo tiempo, un equipo de técnicos y operarios de Emmasa han redireccionado algunas de las conducciones de la red de saneamiento, a fin de minimizar en lo posible los afectos de la entrada de agua en el núcleo de San Andrés. En estas obras, articuladas en un operativo en el que han trabajado cuadrillas, se han invertido unos 35.000 euros aproximadamente. Emmasa estará preparada para cualquier contingencia en los próximos días.

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