Cuestión de principios
Una noticia de este verano recién finiquitado generaba dudas entre aquellos que aún consideran inalterables determinados principios. ¿Era motivo de alegrÃa que dos princesas saudÃes visitaran Lanzarote, o más bien de repulsa? ¿Merece la pena captar a estos turistas de altÃsima capacidad de gasto, o vale muchÃsimo más la defensa de unos ideales basados en la libertad y la igualdad?
Segunda cuestión
Andan en Barcelona preguntándose algo similar a cuenta de que su equipo de fútbol ha pasado de pagar a Unicef por lucir su imagen en las camisetas a cobrar una fortuna por publicitar al Estado de Qatar a través de una fundación de mismo nombre. ¿Acaso este paÃs, como Arabia SaudÃ, no limita gravemente los derechos de las mujeres y apenas reconoce alguno a los trabajadores que llegan de otros lugares? ¿Pasará con estos paÃses lo que ha ocurrido con Libia, a cuyos anteriores dirigentes tan poco se cuestionó en Occidente mientras compartió riqueza y petróleo? ¿Cuál es su precio por lucir publicidad de, por ejemplo, la Sudáfrica del apartheid?
Tercera cuestión
El abogado que representaba ayer al periódico El DÃa en un juicio intentó, sin éxito, que los periodistas no pudieran acceder a una vista oral en la que el demandado era, precisamente, dicho rotativo. ¿Es posible una contradicción pública mayor? ¿O no la hay?
Respuesta de Mohamed
Mohamed es un tinerfeño que nació en Jordania. Hace poco simuló el atraco de una sucursal para comer caliente y dormir bajo techo en prisión, pero puso tanto empeño en no perjudicar a nadie que el juez lo dejó libre sin cargo alguno, al entender que no cometió delito alguno. Cuentan en Finca España que no quiere subsidio sino trabajo, a pesar de que el devenir lo terminó cobijando en un coche abandonado. Mohamed no duda.