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... Y NO ES BROMA > POR CONRADO FLORES

Kárate a muerte en el tanatorio > Conrado Flores

   

Hace pocas semanas, los medios de comunicación se hicieron eco de una curiosa noticia ocurrida en Tenerife: un amplio grupo de familiares se lió a patadas y puñetazos en disputa por una herencia. Hasta aquí todo normal. No es la primera vez que una familia decide los términos y particiones de una herencia en una pelea a muerte. Lo interesante es que el altercado se desarrolló en un conocido tanatorio de nuestra ciudad y dentro de la misma sala en la que en esos mismos instantes se velaba al fallecido, quien difícilmente pudo “descansar en paz”.

La trifulca, de proporciones que recuerdan a las mejores películas de Bruce Lee, necesitó de la participación de tres dotaciones de la Policía local de La Laguna y de miembros del Servicio de Urgencias Canario para ser sofocada. Creo que la última vez que se movilizaron tantos efectivos fue el 23 de febrero del 81, cuando un teniente coronel de la guardia civil decidió montar una acampada en el congreso de los diputados. Nadie sabe si el difunto era una persona rica o no, pero es evidente que poseía algunos bienes lo suficientemente atractivos para que su velatorio se convirtiera en la final de la Superbowl.

Pero, no obstante, hay que extraer el lado positivo de la noticia. Es preciso destacar que la pelea también contó con la participación activa de mujeres, quienes dieron buena muestra de que vivimos en una sociedad igualitaria, donde ya no caben las discriminaciones por razón de sexo. Es más, un buen conocedor de lo que allí aconteció, me ha trasladado que el ímpetu y el arrojo de estas mujeres fue comparable al de sus familiares varones, lo cual acaba de un plumazo con el falso mito de la superioridad masculina.

Yo, de momento, he empezado a entrenar fuerte con pesas y a recibir clases de kárate y técnicas de camuflaje. Las necesitaré en caso de que mis padres no hayan hecho testamento porque yo a mi hermano, a día de hoy, no le aguanto dos cachetadas en un tanatorio.