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el hierro> crisis volcánica

Un pueblo fantasma

   

VICENTE PÉREZ| La Restinga

Las imágenes lo dicen todo: calles vacías, bares cerrados; quienes regresan a por sus pertenencias sienten un olor a azufre y ven la mancha a poco más de medio kilómetro.

Los vecinos de La Restinga volvieron ayer a hacer colas en la carretera que baja a su pueblo desde El Pinar para poder acceder a sus casas de forma escalonada, y sólo durante 30 minutos, previa identificación ante la Guardia Civil y con unpermiso expedido por el Ayuntamiento.

Tras esperar hasta una hora en el punto en que está cerrada la carretera, en el cruce con Tacorón, que también está vallado, la Guardia Civil va dando paso a los vehículos a medida que van regresando de La Restinga, a razón de un máximo de 10 coches por turno.

A su regreso, aseguran percibir un olor raro al entrar al pueblo, que otros identifican con azufre, y sobre todo comentan la desagradable impresión de entrar en un pueblo desierto, casi fantasma, bajo la amenaza de una erupción volcánica.

Las imágenes que ilustran esta información fueron tomadas a primeras horas de la tarde de este viernes. Así está este pueblo costero cuyos 600 habitantes y turistas debieron desalojarlo el martes en pocos minutos ante la aproximación a esta costa de una de las bocas eruptivas, cuya mancha preside ahora el paisaje.