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EL DEBATE > LA CRÓNICA

Muchas preguntas pero pocas respuestas

   

JESSICA MORENO | Santa Cruz de Tenerife

Los candidatos, a su llegada al plató. / EFE

Los ciudadanos esperaban respuestas. Aunque en el debate de ayer sus expectativas igual no fueron del todo cumplidas. En las dos horas en las que se prolongó el duelo entre los dos aspirantes al Gobierno, las propuestas brillaron por su ausencia y fueron más bien sustituidas por reproches, tanto de las acciones llevadas a cabo como por aquellas que se iban -con casi total seguridad- a implantar en los próximos años.

Aunque en un primer momento, tanto Mariano Rajoy como Alfredo Pérez Rubalcaba comenzaron algo tímidos, pronto se lanzaron a los ataques, reproches y alguna que otra broma de todo menos inofensiva.

Quizás fue la coincidencia en los atuendos elegidos para la ocasión -ambos traje oscuro, camisa clara y corbata azul- la que por algunos momentos hicieron confundir al espectador sobre quién era el líder de la oposición y quién el miembro del Ejecutivo. En vez de debate, en algunos casos, parecía, más bien, una entrevista en la que el socialista no paraba de cuestionar a su rival sobre su programa electoral. De hecho, hasta aseguraba conocerlo mejor que el líder del PP. Puede que con tanta pregunta, Rajoy en dos ocasiones -piensan las malas lenguas bastante estudiadas- confundiera el primer apellido de Rubalcaba con el de Zapatero.

Además, tuvieron tiempo para acordarse, como el líder del PP, de La Gomera; adelantarse a las acusaciones de su contrincante o terminar las frases del otro. P ero eso sí, con mucho talante. Serán los ciudadanos los que decidan el ganador del duelo, si es que aún el pescado no está ya vendido.