Feliz 2012 > Conrado Flores

Esta noche acaba el 2011 y, un año más, la lotería de Navidad no cayó en tu casa. No obstante, si eres una persona influyente, con buenos amigos en el consejo de administración de algún banco y con un buen tocho de billetes escondidos tras una falsa librería, no pierdas la esperanza: aún tienes posibilidades de pillar algún décimo premiado. De lo contrario, te toca esperar a la lotería del niño y confiar en tener más suerte.

Si hacemos balance, en términos generales es difícil sacar muchas noticias positivas de este año moribundo. Cifras récord en número de desempleados, en número de desahucios, en número de personas que viven bajo el umbral de la pobreza… Ni siquiera el fútbol nos sirvió para anestesiar los problemas que se nos echaron encima y el CD Tenerife despedirá el 2011 en una triste 2ª división B. Pocos datos hacen pensar que el año que mañana comienza pueda ser peor pero tampoco hay muchos que nos inviten al optimismo.

Sin duda, no será un año para recordar. Atrás quedó la borrachera de las casas, los BMW, los viajes a plazos y los días de vino y rosas. Ahora toca apretarse el cinturón y arrimar el hombro. No nos queda otra. Al tener a nuestro alrededor a tantas familias con todos sus miembros en paro o con el temor de quedarse sin un techo, ha comenzado a aflorar un nuevo pudor: el de destacar nuestra estabilidad económica. Con tanta gente pasándolo mal a tu alrededor te convences de que quejarte puede resultar obsceno. Nuestras aspiraciones, distorsionadas por un contexto de bonanza económica totalmente artificial, se han atemperado. Ya no se ven tantos presumidos como hace un par de años. O al menos ya no levantan la voz porque, si antes ya caían mal, ahora caen peor.

Así que esta noche rodéate de tus seres más queridos, abre una botella de champán, cava, vino, sidra o cerveza y brinda por la salud de los que te rodean. Esta noche olvida las cosas que no tienes y sólo presta atención a las que tienes. Porque las cosas más importantes no te las pueden quitar los bancos. ¡Feliz 2012!