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Una prueba (más), una esperanza y dos perspectivas > Luis Padilla

   

El Tenerife sigue aferrado a la media inglesa: victoria en casa, empate fuera, victoria en casa, empate fuera… Eso sí, el nivel de juego no mejora. Aunque hay argumentos para la esperanza. Y puntos de vista que invitan al optimismo.

UNA PRUEBA MÁS.
Los ensayos realizados por Antonio Calderón durante la semana invitan a pensar que el Tenerife jugará el domingo con Kitoko de central y el dúo Marcos Rodríguez-David Medina en el eje del mediocampo. Nada que objetar a la enésima prueba (la sexta, aseguran los que tienen paciencia para contarlas) en busca del doble pivote ideal. La apuesta por una nueva pareja, aunque ya ensayó con ella en pretemporada, es la prueba de que el nivel de juego alcanzado no se acerca al notable. Y eso es un motivo para la inquietud. Pero también es la demostración de que el técnico es consciente de que, más allá de los aceptables resultados obtenidos hasta ahora, el equipo no ofrece una respuesta futbolística satisfactoria. Y también es la evidencia de que Calderón no se resigna. Y que busca soluciones. Todo ello alimenta la ilusión y permite creer en un futuro mejor.

UNA ESPERANZA. Escuche el jueves a David Medina y me llamó la atención su reflexión sobre el Atlético de Madrid B-Castilla del domingo anterior. Y no porque, pese a la derrota, le gustara más el equipo rojiblanco… sino porque ¡vio el partido! A muchos les puede resultar lógico que un futbolista profesional esté interesado en el próximo rival y que entre sus obligaciones se incluya presenciar sus evoluciones si ofrecen el encuentro por televisión, pero experiencias cercanas nos recuerdan que esta actitud no ha sido habitual en las últimas temporadas. De hecho, hay ejemplos de jugadores que ni siquiera se hubieran molestado en ver el Lugo-Tenerife. David Medina, que estaba sancionado, se pasó el domingo delante del televisor. A muchos les puede parecer que era su deber. Estoy de acuerdo. Pero tras lo ocurrido en años anteriores, también es un motivo para la esperanza.

DOS PERSPECTIVAS.
Pude ver el Lugo-Tenerife en un bar de Playa Santiago (La Gomera) y la actitud de la gente que allí estaba me confirma que cualquier análisis sobre el Tenerife 11/12 puede hacerse desde dos perspectivas diferentes: incidiendo en que se juzga al Tenerife o recalcando que se examina a un equipo de Segunda División B. En el primer caso, que se acerca más a mi visión personal, la actitud del grupo de Calderón, sobre todo en la segunda parte, fue la de un grupo cobarde, refugiado alrededor del área de Aragoneses. Eso sí, mientras lamentaba el juego blanquiazul y presentía que el 2-1 estaba al caer, a mi alrededor sólo escuchaba comentarios del estilo “muy bien el Tenerife, empatando en el campo del líder”, “sacar un punto en Lugo tiene mérito”, “el equipo está aguantando bien; si acaba así, magnífico”. Es el otro punto de vista. Y es tan válido como el mío.