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Elena López: “Si explotamos el conocimiento de la gente joven, podremos crear puestos de trabajo”

   

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Elena López, vicepresidenta de Seedwind. | JAVIER GANIVET

ELENA MAGARIÑOS | Santa Cruz de Tenerife

Elena López es vicepresidenta de la empresa aeronáutica Seedwind, que empezó a funcionar en 2008. Una ‘pionera’ desde Tenerife en una actividad en la que no había muchas mujeres, básicamente porque la aeronáutica es un mundo de hombres, sobre todo hace años, que se tenían en muy buena estima a ellos mismos. Pero ahora mismo se está superando.

-Cuáles fueron sus inicios. ¿Dónde estudió?

“Estudié en la ULL, primero Biología, hasta que descubrí que no era lo mío y me pasé a Empresariales. Me inquietaba mucho el tema del marketing, así que intenté orientarme hacia este campo, sobre todo el marketing político, aunque nunca haya ejercido en él. Me gusta la idea de cómo se vende a los líderes políticos como si de un producto se tratara. Aunque debo decir que aquí solo he visto dos campañas políticas realmente buenas, la de Miguel Zerolo y la de Ángel Llanos”.

-Sin embargo acabó dedicándose a la aeronáutica, algo completamente diferente.

“Así es, soy la vicepresidenta de Seedwind, que es una empresa aeronáutica que empezó en 2008. La trayectoria viene desde el 2000, cuando empecé a meterme en el mundo de la náutica. Yo no sabía nada de esto, pero bueno, es un negocio como otro cualquiera. Pensé que iba a ser más difícil, pero no, al final no lo es”.

-¿Quién la metió en ese mundo?

“Por una parte la ilusión y el amor a la aeronáutica me la ha dado Mateo, mi marido y covicepresidente de la empresa, que es un enamorado de todo lo que tiene que ver con este asunto. Él hizo la carrera de piloto, que la vivimos y la sufrimos la familia. Y en 2002 conocimos al otro socio, el presidente de la empresa, Luciano Íñigo, que es un maestro. Desde entonces empezamos con él a intentar hacer proyectos aeronáuticos aquí en Canarias. Hasta que, en 2008, nos dijo que por qué no hacíamos una empresa conjunta. Me gusta definirle como un maestro porque no es lo mismo que un profesor. Con un profesor vas a clase y escribes, tomas nota. Pero cuando un maestro está hablando ,no te hace falta coger nada. Todo lo que me ha enseñado Luciano me lo ha contado por teléfono, en conversaciones, comidas, reuniones familiares…”

-O sea, que también es un amigo.

“Sí, sí. Nosotros, la dirección de Seedwind, Mateo, Luciano y yo, ante todo somos amigos. Él es una persona que tiene más de cinco décadas ya, pero es el más joven, el que más espíritu y más visión de futuro tiene de nosotros. Inventamos Seedwind, semilla del viento, y una cosa importante de Seedwind es que quisimos definir el tipo de empresa que es, y lo hicimos como si fuera una persona.
¿Qué persona sería Seedwind? Pues sería un joven de 2030”.

-Trabajan con Air Europa, Condor, Air Berlin… ¿Cuál es su labor exactamente?

“Pues todo tipo de consultoría. Una compañía aérea tiene a lo largo de su vida distintas actividades. Primero, crearla. Podemos constituir la compañía aérea y llevarle el mantenimiento. Podemos dirigir todas sus operaciones, vuelos y control de estos, circulaciones… incluso el catering de la compañía. Y lo que es el aprovisionamiento de equipo y, también, la pérdida de maletas”.

-Entonces, ¿tienen algún tipo de relación con AENA o los aeropuertos…?

“También hacemos algún trabajo aeroportuario. Ahora estamos preparando un consorcio con AENA que es desmantelamiento de aviones. Existe un cementerio de aviones en Arizona, que es el más grande del mundo, mientras que en Europa no hay ninguno. Pretendemos hacer un consorcio con AENA, a través del cual construyamos en un aeropuerto de España un cementerio de aviones gestionado desde Seedwind y varias empresas más. Se prevé que, de aquí a 2020, muchísimos aviones queden en tierra. Estos aparatos tienen una vida útil de 25 años, y esas naves o hay que transformarlos en cargueros o hay que reciclarlas, y ese desmantelamiento lleva parte de reciclaje, de reutilización de nuevo en la industria, y eso es lo que queremos hacer”.

-¿En qué otros proyectos están actuando?

“Estamos trabajando en la formación de mecánicos aplicando una tecnología que se llama realidad aumentada en el proceso. Google ha sacado unas gafas de realidad aumentada, a través de las cuales se ven todas las operaciones que debes hacer. No ves la realidad solamente, sino todo el proceso, con lo cual el mantenimiento de aviones sería más seguro todavía. Por ejemplo, si estás arreglando una válvula de un avión, en las gafas te salen los pasos que hay que dar, el primero, el segundo, si tienes que extraer una cosa, o colocar otra, sacar una fotografía… así no vas a perder nada. Además, hemos intentado hacer transversalidad de conocimientos: de la aeronáutica a otros sectores. De esta forma, hemos aplicado tecnología de la aeronáutica a medio ambiente, a ingeniería industrial, a mecánica. Cuando hicimos el grupo de ingenieros de la empresa, teníamos aeronáuticos, y empezamos a meter ingenieros del agua, industriales, informáticos, técnicos en mecánica… y en algunas cosas ya estamos haciendo transversalidad inversa, es decir, de otros sectores a la aeronáutica. Por ejemplo, programas de diseño de automoción lo estamos pasando a la aeronáutica y está dando resultados muy positivos”.

-¿Puede dar algún ejemplo de los proyectos de investigación de Seedwind?

“En la rama industrial estamos desarrollando un proyecto de electromecánica, que se trata de crear energía continua sobre una alfombra. Es decir, puedes estar bailando o caminando y al mismo tiempo estás generando y acumulando energía. Ahora mismo nos encontramos en la parte del proyecto en el que se acumula la energía, que sea continua. Es decir, que cuando pisas produces electricidad, pero cuando levantas el pie dejas de generarla. Por eso se está investigando, y calculamos que de aquí a un año ya lo tendremos. Es una tecnología muy importante y que, además, no está en ninguna parte del mundo. En EE.UU. hay dos empresas que lo están investigando pero que no llevan el proyecto tan avanzado. Hicimos un concierto el año pasado, en el que bailaron durante dos horas y se encendieron 15 bombillas”.

-Seedwind es una empresa con expansión mundial, ¿cierto?

“Sí, sobre todo por el mantenimiento aeronáutico. Allí donde se avería un avión tienes que ir, o tienes que hacer auditorías…”

-¿Cuál es su labor directa dentro de la misma compañía?

“Pues la gestión y en concreto la parte de recursos humanos y relaciones institucionales. En aeronáutica no había muchas mujeres, básicamente porque la aeronáutica es un mundo de hombres, sobre todo hace años, que se tenían en muy buena estima a ellos mismos. Pero ahora mismo se está superando, ya AENA y AESA han contratado muchísimas ingenieras aeronáuticas, que han demostrado ser tan válidas como los hombres y este mérito se les ha reconocido”.

-Parece que, más que preocuparle la posible diferencia entre sexos, le ha hecho gracia…

“Desde luego. A mí me encanta, me gusta más trabajar con hombres que con mujeres, sinceramente. Al principio no me gustaba ni que mi marido fuese piloto porque piensas en el riesgo. Me lo he pasado bien, me gusta este sector. Pensaba: ‘Aeronáutica, eso es complicadísimo ¿cuánto costarán esos aviones?’ Y después resulta una empresa de transporte como otra cualquiera. Lo que pasa es que detrás de eso hay una serie de normativa que te ayuda a llevar el negocio, mientras que en otros sectores al no estar tan reglado te puedes equivocar. Por otro lado, como he dicho, he tenido la suerte de tener a Luciano como maestro, que además me ha enseñado dos valores importantísimos: la paciencia y también la honestidad. A partir de estas dos cosas, todo va bien”.

-Otro de los elementos fuertes de la empresa es el elenco de jóvenes que tiene.

“Sí, y además están muy comprometidos y les quiero un montón. Tienen muchísima ilusión por trabajar. Todos los que están aquí, que empezaron sin tener ni idea de aeronáutica, ahora mismo saben muchísimo. En las islas hay un gran elenco referido al asunto de la aeronáutica, es algo que he visto tanto en la sede de Palma de Mallorca como aquí en Canarias. Hay un gran potencial de gente joven. Yo siempre digo que el gran potencial que tiene Seedwind es la enorme cantidad de conocimiento que hay en los cerebros de toda la gente joven que trabaja con nosotros. Son muy privilegiados y todo les entusiasma. Si quieres que ellos te den ideas no puedes tratarlos como un número. A veces hasta nos comunicamos por WhatsApp para consultar algo o porque se nos ocurre algo y acabamos hablando durante horas. No podemos perder de vista que vivimos en un sitio privilegiado. Si explotamos el conocimiento de la gente joven que hay aquí y se les motiva, podríamos crear muchísimos puestos de trabajo, no tendría que irse nadie. Por ejemplo, aquí hay gente que desarrolla software impresionantes, pero para cosas como videojuegos. Pero, ¿y si lo hacemos para aeronáutica? Lo que en videojuegos lo vendes en una unidad monetaria, en aeronáutica lo vendes en diez. Algo parecido se dio en el País Vasco. Ellos eran ricos en metalurgia, pues se han dedicado a hacer piezas aeronáuticas con ella, multiplicando por mil los beneficios”.

-¿Qué papel tiene la Administración pública en esto?

“Es otra forma de hacer política. La concienciación que tenemos aquí con el asunto del medio ambiente, que son directrices europeas que tarde o temprano se impondrán como norma y aquí ya las estamos trabajando. Creo que buscar líneas de financiación para las administraciones públicas sería otra forma de hacer política, que la administración se dedicara a concienciar al ciudadano. Nosotros estamos trabajando en el proyecto del Pacto de los Alcaldes y abriendo líneas de financiación europea que hasta ahora Canarias no había disfrutado. El Pacto de los Alcaldes es un acuerdo a escala europeo, por el cual los ayuntamientos se comprometen a reducir el 20% las emisiones de CO2 en su municipio hasta 2020. Para ello se llevarían a cabo acciones divulgativas, eventos, iluminaria, circulación de vehículos. Seedwind está examinando los municipios para ver cuánto están emitiendo y hacerles un plan de acción para que reduzcan las emisiones”.

-¿Y hay alguno adherido ya?

“Sí, tres: Candelaria, Güímar y La Laguna. Pueden salir proyectos realmente bonitos. En Bilbao se llevó a cabo uno por el cual la gente se iba adhiriendo para ir al trabajo en coche, y se daban cuenta de que el vecino al que no conocían de nada trabajaba muy cerca, o incluso en la misma empresa y no se conocían. Con las nuevas formas de comunicación, al final acabas haciendo comunidad”.

-¿Cree que hay limitación ligada a la insularidad?

“Con las nuevas tecnologías ya no hace falta salir de las islas para hacer negocio. Donde quiera que estés, estás en el mundo”.