X
adeje>

Arquitectura de altos vuelos

   

<
>

JOSÉ L. CONDE | Adeje

Baobab es el nombre del nuevo concepto de hotel que abrirá sus puertas, con casi toda seguridad en verano, en Costa Adeje. Su singularidad, aparte de un diseño arquitectónico que no deja a nadie indiferente cuando pasa a su alrededor, es que se trata de apartamentos cuyos precios oscilan entre 300.000 euros para uno de 65 metros cuadrados o 1,5 millones de euros para un fabuloso ático de 500 metros cuadrados. Su ubicación está en una atalaya de la zona turística que permite divisar las montañas de Adeje, el mar y la isla de La Gomera sin moverse del sitio.

El diseño de este hotel ha corrido a cargo del arquitecto tinerfeño Leonardo Omar, de 38 años, aunque en un primer momento también participó ADM Arquitectos, y que en estos momentos está dejando huella con un estilo arquitectónico moderno de grandes espacios blancos con cristaleras enormes que sustituyen a las paredes y permiten un amplia apertura al exterior.

Baobab es un nuevo concepto de hotel de apartamentos, con inversión belga, que se erige en una atalaya de Costa Adeje y que consta de 130 apartamentos, un 35% de ellos con piscina privada, dotados de un sistema de aislamiento térmico y acústico, con unos estándares de calidad muy por encima de los que existen en nuestro país, señala Leonardo Omar. Además contará con una playa artificial, restaurantes, tiendas delicatessen y un bar piscina, entre otros servicios. La gestión correrá a cargo de una unidad de explotación integrada por inversores belgas.

Leonardo Omar, que cuenta con estudios en La Caleta y en Santa Cruz, señala que su presencia en el Sur obedece a que es “donde hay trabajo y adonde viene la gente de vacaciones ya que contamos con un clima buenísimo”. Sin embargo, es crítico con el daño urbanístico que se ha causado en la Isla cuando de lo que “se trata, en estos momentos, es de renovar, construir con gusto y consumir menos territorio”.

TÉCNICAS OLVIDADAS
Este arquitecto tinerfeño afirma que, poco a poco, hemos ido olvidando por completo las técnicas antiguas y los modos de insertarnos en el territorio y no se mira por dónde sale el sol ni la eficiencia energética, lo que nos obliga a contar con aparatos de aire acondicionado.

En el caso de Baobab dice que se ha calculado las viviendas para que los rayos de sol no incidan en ningún momento en el doble acristalamiento y evitar que se produzca un efecto invernadero. Junto a ello se han dispuesto unas grandes viseras, hoy se pueden construir hasta de cinco metros de largo, para crear sombra y la disposición correcta de las ventanas para que los alisios refresquen el interior sin tener que encender el aire acondicionado.

Los compradores de los apartamentos de Baobab son fundamentalmente belgas de alto poder adquisitivo que quieren pasar sus vacaciones en la Isla y en casas donde están conectados los espacios interior y exterior. Omar dice que a ellos les encanta estar siempre conectados con el exterior, bien sea desayunado en la terraza o desde el sofá del salón ver el campo de golf, la isla de La Gomera o el océano Atlántico. “Aprecian aquí una arquitectura que es imposible desarrollar en sus países de origen debido a la adversa climatología. Les gusta la sensación de vivir en el exterior aunque permanezcan dentro”, precisa.

La preocupación medioambiental es otro de los temas que inevitablemente surge en la conversación. Este joven arquitecto cuenta que a la hora de construir hay que pensar en no gastar más energía de la necesaria ya que estamos en una isla y esto aumenta los costes de manera importante. En este sentido elogia la actitud de los belgas con los que ha tratado que, a la hora de adquirir un solar para construir una vivienda, dicen hasta donde hay que levantarla y cómo protegerla de los vientos dominantes, sin olvidar las garantías que ofrecen los constructores.

Aparte del edificio de Baobab, Leonardo Omar también trabaja en la construcción de otras viviendas con su compañera de estudio, Joanna Wojnowska, de origen polaco, y con quien ha diseñado proyectos desde hace seis años. Ambos mantienen la misma sintonía a la hora de definir las estructuras de estas viviendas que se han levantado en La Caleta de Adeje o en solares del campo de golf del hotel Abama, en Guía de Isora. Estas casas, también en su mayoría para belgas, mantienen la misma filosofía que se ha aplicado en los apartamentos de Baobab con grandes ventanales y viseras para evitar a sus inquilinos los efectos del sol.

Leonardo Omar recuerda que este país, con sus 11 millones de habitantes, está volviendo a la isla como hicieron en la años 60 para asentarse en la zona de Ten-Bel.

Un buen clima, la tranquilidad, excelente gastronomía, seguridad en las calles y ahora casas diseñadas a su gusto conforman bases sólidas para estos europeos, con gran disponibilidad económica, para establecerse en la isla de Tenerife.

[apunte]Un diseño canario adaptado al entorno
Preguntado Leonardo Omar por cómo define su arquitectura, afirma que todo el mundo le dice que es moderna, pero él no la ve “ni contemporánea ni nada”. “Sí creo que dibujo unas construcciones canarias, que no tienen nada que ver con los elementos ni la estética de las Islas, pero sí con el entorno, porque está claro que estas viviendas con estos espacios acristalados no se podrían levantar en el resto de Europa debido a las condiciones meteorológicas”. Además, insiste Omar, “hay que adaptarse a las nuevas tecnologías y a la tecnología moderna que nos permite realizar lo que quieras con estructuras de hormigón o fabricar cristales hasta de 100 metros de largo”, idea esta que comparte Joanna Wojnowska.
“En la estética de nuestros abuelos se usaban otras herramientas y la construcción era lenta, además con un fuerte consumo de energía, mientras que ahora, por suerte o por desgracia, existen unas máquinas que facilitan el trabajo”, afirma el arquitecto.[/apunte]