Corea – Por Andrés Brito

Aprendí una palabra nueva: “Homo Extintor”. La época geológica actual se llama Holoceno. Empezó hace 12 mil años, tras la última glaciación. Ha habido cinco extinciones masivas por causas naturales, desde impactos de meteoritos hasta erupciones volcánicas continuas, pero por vez primera en la historia el futuro de todos los seres vivos depende de una única especie: la nuestra. De ahí el nuevo nombre científico propuesto para el Homo Sapiens y que lo identifica como un ser con capacidad destructiva ilimitada.

Tengo un ahijado nacido en 1990 con el que almuerzo periódicamente. En nuestro último encuentro me habló de su preocupación por la posibilidad de que Corea del Norte emplee su potencial atómico. Se sorprendió al contarle que cuando yo tenía su edad también me inquietaban las continuas amenazas entre EE UU y la Unión Soviética previas de la perestroika de Gorbachov y que, por tanto, ya estaba acostumbrado a esto.

La conversación me hizo pensar: nací, acaso como tú, en un mundo en el que no existían ni el sida ni Internet, en el que nadie sabía quiénes eran los Simpson y en el que aún estaba viva la Madre Teresa de Calcuta. Un mundo muy distinto al actual. Ni entonces ni ahora tenía control como individuo sobre los conflictos internacionales pero el coaching me ha dado algo de lo que antes carecía: la capacidad de enfocar mi energía en aquello que sí puedo controlar.

Imaginar que un ataque nuclear de Corea llegue a afectarme acaso tenga los mismos efectos que pensar que ni yo ni nadie tiene la garantía de llegar vivo a las diez de la noche. O sea, ¿me sirve para algo ese pensamiento o me genera un estado emocional desajustado que entorpece lo que sí deseo hacer?

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