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La Pantoja es España – Por Enrique Arias Vega

   

Lo llamativo del proceso a Julián Muñoz y compañía es el diferente rasero con que se han dictado sus condenas: mientras la exesposa del susodicho, Mayte Zaldívar, debe entrar en prisión, la famosa tonadillera Isabel Pantoja se queda a este lado de la verja. Ya ven lo difícil que resulta meter preso en España a alguien con agarraderas.

Para recordarlo, tenemos el caso de los empresarios Alberto Cortina y Alberto Alcocer, a quienes amparó en su día el Tribunal Constitucional tras una dura sentencia del Supremo por estafa y falsedad documental. Más recientemente ha sucedido lo propio con el banquero Alfredo Sáenz, protegido esta vez por un controvertido indulto del Gobierno. Pero, ¿quién osaría desairar a su jefe, Emilio Botín, quien ya se libró por los pelos del presunto fraude de las primas únicas hace más de 20 años?

En otros países, como Estados Unidos, la ley suele aplicarse con tan implacable equidad que lo mismo mete en prisión al que fuera alcalde de Washington, Marion Barry, que acaba con las aspiraciones presidenciales de propios y ajenos, como el francés Strauss-Kan.

En cambio, es tan español el diferente rasero jurídico con que se acaba de medir a las dos mujeres de Julián Muñoz, que se teme sucederá lo mismo con Ana María Tejero, esposa de Diego Torres, el exsocio de Urdangarin, y la cónyuge de este, la infanta Cristina, quien no llegará a sentarse en el banquillo.

Pero, cuidadito con la tornadiza opinión pública, que ya está hasta los mismísimos de tanta impunidad: la gente que hace solo unos meses jaleaba a la Pantoja a las puertas del tribunal es la misma que ahora la insulta a placer. Así que no lo olviden nuestros ricos y famosos: esta cambiante actitud también es tan española como la que más.