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El Taoro, el antiguo gran hotel que sufrió un incendio y tres guerras

   

HOTEL TAORO (1900) - MARCOS BELLO BAEZA

Actuación de la banda de música en los jardines del Gran Hotel Taoro, en Puerto de la Cruz, sobre el año 1900. / CEDIDA POR FEDAC – AUTOR: MARCOS BELLO BAEZA

AGUSTÍN M. GONZÁLEZ | Santa Cruz de Tenerife

Uno de los elementos que mejor representa el esplendor y decadencia de la ciudad turística de Puerto de la Cruz es el edificio del antiguo hotel Taoro, un inmueble histórico que a finales del siglo XIX se convirtió en el primer gran hotel de España y que en la actualidad sobrevive sin uso y semiabandonado, como un gran trasatlántico varado, en espera de un rescate improbable. El Cabildo, actual propietario, intenta buscarle un nuevo uso turístico y de ocio, pero con la crisis escasean los inversores interesados en aventuras arriesgadas. Mientras tanto, el centenario edificio observa melancólico el Puerto y todo el valle desde su privilegiada atalaya del antiguo monte Miseria.

The Taoro Company Limited se fundó en 1888 mediante la unión de dos sociedades y con el fin de construir un gran hotel en Puerto de la Cruz, cuyo diseño se encargó al arquitecto francés Adolph Coquet. El Gran Hotel Taoro, o The English Grand Hotel, abrió sus puertas el 22 de diciembre de 1890, aunque por ese entonces solo estaba construido el pabellón central. Las dos alas laterales se concluyeron en 1893. Según cuenta Bernardo Cabo en una de sus publicaciones, el edificio constaba de 15.771 metros cuadrados, distribuidos en un entresuelo y dos plantas, más una adicional en los cuatro torreones angulares. Su estructura y tamaño daba espacio a 217 habitaciones, un comedor para cien personas, el vestíbulo, el salón, la biblioteca y la sala de billar, todo ello con muebles elegantes y profusa decoración. Los tres cuerpos del edificio en forma de U formaban un patio central ajardinado al que se accedía por una terraza con arcos, que daba acceso a un jardín francés y a otro mayor de estilo inglés, con arbustos y árboles de todo tipo, así como pérgolas, templetes, miradores y estanques, a lo largo del denominado camino de La Sortija, donde se instaló la primera pista de tenis de Canarias.

Entre 1905 y 1911 el hotel fue arrendado a una compañía alemana, que lo rebautizó como Kurhaus Humboldt. En él pernoctaron desde miembros de la realeza, como el duque de Windsor, Eduardo VIII, el rey de España Alfonso XIII, los duques de Kent y el rey Alberto I de Bélgica, hasta escritores de fama mundial como Agatha Christie. La Gran Guerra afectó a la industria turística en Canarias y, especialmente, al afamado hotel portuense, que ya nunca llegó a recuperar la intensa actividad y el lujo de los primeros años. Se sucedieron diferentes arrendamientos. En la madrugada del 8 al 9 de mayo de 1929 se produjo un pavoroso incendio que en pocas horas destruyó gran parte del edificio. En 1932 la Junta General de la Comunidad de Bienes del Hotel Taoro acordó iniciar los trámites para la reconstrucción del pabellón central y el ala oeste. La Guerra Civil Española y la II Guerra Mundial interrumpieron el nuevo auge turístico. En 1945 el Cabildo de Tenerife adquirió la mayor parte de las acciones del hotel. Cinco años después fue arrendado a la compañía Husa Hoteles, que lo gestionó durante 25 años. En 1979 el Cabildo lo reconvirtió en casino de juego, el Casino Taoro que continuó su actividad hasta 2007, en el que se trasladó al Lago de Martiánez. Desde entonces, el histórico edificio languidece olvidado.