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Tecnología y diálogo – Por Rafa Lutzardo

   

Con las primeras luces del alba, la ciudad amanece preparada para comenzar las andaduras u obligaciones de un día cualquiera del año 2013. El móvil se ha convertido en la pieza angular de las relaciones humanas del siglo XXI al experimentar un auge ascendente de forma exponencial que conecta a millones de personas; multiplicado por las aplicaciones y redes sociales, la sociedad esta cada vez más enganchada a las nuevas tecnologías, convirtiéndose en imprescindibles junto con la cartera y las llaves. Muchas son las personas que salen de sus casas con el teléfono móvil en sus manos. En las horas puntas el tranvía se satura de viajeros entretenidos con los móviles. De la misma manera, la gente va por las calles con las cabezas inclinadas y concentradas enviando whatsapp. Una aplicación de mensajería multiplataforma de pago que te permite enviar y recibir mensajes mediante Internet, sustituyendo los servicios tradicionales de mensajería cortos o sistemas de mensajerías multimedia. También, escuchando música o despejando un problema de los múltiples juegos que tiene la Red. Pero esto no ocurre solamente en los lugares señalados. No hace mucho tiempo, en La Laguna, mi amigo José del Pino Acosta Leandro, nacido en Santa Cruz de Tenerife, pero criado en Garachico, amante de las tradiciones populares canarias, trabajador ejemplar y apreciado en toda la isla tinerfeña; me dijo una frase muy interesante: “Estamos en la era de la comunicación y no nos hablamos. Y si hablamos, discutimos”. Cuánta verdad hay en ello. Las tecnologías de la comunicación se han vuelto decisivas en las transformaciones socioculturales que están teniendo lugar en el mundo. Ahora los computadores personales con conexión a internet se han vuelto más una necesidad que un lujo en muchas partes del mundo relativamente desarrollado (JAMES LULL, PH.D.).

Actualmente todo esta informatizado. Vivimos en un mundo, donde la tecnología se ha impuesto a los mecanismos tradicionales del hombre. El diálogo entre las personas ya no es el de antaño. Ahora nos comunicamos a través de la tecnología de la informática y de algunos de sus tantos programas como pueden ser: Twitter, Google, Windows, Facebook, Linkedin, Yahoo, etcétera. Hay una generación joven más preparada académicamente que en la anterior etapa del franquismo, pero exenta de escalas de valores. Por las razones que sean, hemos evolucionado muy deprisa, adelantándonos a nuestro propio tiempo. Atrás quedan los recuerdos de la Revolución Industrial como un periodo histórico comprendido entre la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX. El primer trasplante de corazón en una persona se realizó el 3 de diciembre de 1967 por el doctor Christiaan Neethling Barnard. Hoy esa técnica de operación está desfasada. De la misma manera, el periódico en papel realizado con plomo fue sustituido por la era de la tecnología. En definitiva, hemos evolucionado de manera gigante, pero también hemos perdido el diálogo directo y natural entre nosotros mismos.