TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife
Abrumados por el persistente ambiente del cloro, agarrados a una tabla de salvación que primero fue de corcho y luego de plástico, esforzados en patalear lo más fuerte y rápido posible. Asà fue el rito iniciático de introducción a la natación que miles y miles de tinerfeños vivieron durante más de 35 años gracias a una de las iniciativas de mayor éxito que la Caja General de Ahorros y Monte de Piedad de Santa Cruz de Tenerife (luego CajaCanarias) ha impulsado en su larga trayectoria. Ahora la Fundación CajaCanarias retoma este clásico con una vertiente más social que nunca pero idéntico objetivo: ningún niño sin saber nadar.
Pocos saben que esta campaña que aúna la iniciación deportiva con la prevención más elemental arrancó en uno de los municipios más bellos y pequeños de Tenerife. Fue en Los Silos, allá por 1975, cuando la Caja impulsa esta acción social que, ya en 1980, se amplÃa considerablemente en número de beneficiados e implantación geográfica patrocinando los Cursillos de Verano en Santa Cruz, Garachico, Icod, La Orotava… y por supuesto Los Silos.
En aquella época, compañeros de viaje para la entidad financiera eran el Consejo Provincial de Deportes, la Federación Provincial de Natación, los diferentes ayuntamientos de las mencionadas localidades y, sobre todo, esos 2.000 niños que aprenden a nadar. En las memorias de la Caja se destaca que a todos aquellos que superaron la distancia de 25 metros la Caja les hizo entrega de medallas y diplomas, además de sortear material deportivo entre todos.
El éxito es inmediato y al año siguiente (1981) se suma La Cruz Santa y, sobre todo, la Caja inicia el patrocinio de actividades deportivas de élite con la celebración de los 71º Campeonatos de España de Natación, celebrados en agosto en la Piscina municipal del Puerto de La Cruz.
Dos años después (1983) el radio de actuación supera los 3.000 niños y entre los colaboradores ya hay asociaciones de Padres, vecinos y asociaciones recreativas. Especial significación tiene la alianza entre la Caja y el Club Natación Martiánez, que en los siguientes años se convertirá en el principal receptor de alumnos de aquellos núcleos poblacionales del Norte de la Isla que no cuentan con instalación acuática. Un dato significativo de entonces: los destacados nadadores Gustavo Torrijos (OlÃmpico en Moscú’80) y Antonio RamÃrez reciben una beca de la Caja para que continúen estudios y entrenamientos en EE.UU. En 1984 ya son más de 4.000 niños y se respalda la celebración del Campeonato Europeo de Waterpolo en Puerto de La Cruz.
A comienzos de los 90, ya constituida CajaCanarias, los cursillos de natación benefician a cerca de 7.000 jóvenes de Arafo, Adeje, Candelaria, Granadilla, Garachico, Icod, Tacoronte, Santiago del Teide, El Tanque, Buenavista, Los Silos, El Sauzal, La Laguna, Puerto de La Cruz, El Rosario, GuÃa de Isora, La Matanza, Santa Cruz de La Palma, Los Llanos de Aridane…
En 1994, la colaboración de CajaCanarias con Ayuntamientos, centros escolares y Asociaciones de Padres de Alumnos alcanza a 8.500 beneficiarios de este proyecto. Cada dÃa, una veintena de guaguas recorren entonces las carreteras de las medianÃas y zonas altas de Tenerife y La Palma para llevar a estos alumnos en perÃodo vacacional a la piscina más próxima, en ocasiones a bastantes kilómetros del lugar donde viven los niños.
El siglo termina con prácticamente 10.000 usuarios y el desarrollo de proyectos especÃficos como un programa de actividades acuáticas para bebés y niños menores de 3 años en Santa Cruz de La Palma, con el objetivo de mejorar su psicomotricidad.
El nuevo siglo ofrece pronto (2004) un balance histórico del programa: desde su inicio han participado más de 250.000 escolares, y los que entonces nadan son hijos de aquellos pioneros de los 70 y 80.
En 2009, las corporaciones públicas ya cuentan con medios suficientes y la Caja se retira… hasta ahora. El cloro ya no abruma y corcheas pocas quedan, pero lo importante sigue siendo que no haya ningún niño sin saber nadar.
El cambio de ciclo socioeconómico está detrás del retorno de la campaña Ni un niño sin saber nadar. Partiendo de los nuevos parámetros, la Fundación CajaCanarias ha optado por criterios aún más sociales si cabe, y centra la campaña en aquellos municipios de la Isla que carecen de instalación acuática: Fasnia, Arico, San Miguel, Vilaflor, El Tanque, La Guancha, San Juan de La Rambla, y Tacoronte. Para ello actúa de la mano de las concejalÃas de deportes y asuntos sociales de las citadas localidades para ofertar el cursillo totalmente gratuito (material, matrÃcula, transporte, etc.) a aquellas familias que tengan hijos en edad de aprendizaje náutico y carezcan de recursos para poder asumir los costes. De este modo, y durante este mes, 200 niños y niñas en situación de fragilidad económica familiar accederán a cursillos en los municipios más cercanos : Tegueste, Los Silos, Arona, Icod y GüÃmar.