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Amistades sin peligro – Por Juan Pedro Rivero*

   

No lo digo por el nombre del grupo musical, ni por el peligro que algunas relaciones interpersonales suelen tener, sino porque lo cierto es que, si son peligrosas, nunca serán de verdad amistades. El peligro y la amistad son del todo incompatibles. Porque la naturaleza propia de la amistad es la verdad y el bien del amigo. Pero aún así, bien vale la pena subrayar la importancia de procurar en la vida tener, no solo capacidad de hacer amigos, sino capacidad de discernir el bien y la verdad. Si somos sinceros con nosotros mismos y eliminamos del horizonte personal la prepotencia y la soberbia, descubrimos que llena el corazón la existencia de relaciones verdaderas, intrincadas de amistad, que ayudan a crecer y generan madurez. No son los perros. Una persona es el verdadero amigo de una persona. La amistad es nota distintiva de la condición de persona. Estamos hechos para tener amigos, y triste la historia de quien no sea capaz de tenerlos por incapacidad o por su maldad. El peligro existe cuando nuestra personalidad es incapaz de tener verdaderos amigos. Estos días, a pocas semanas del comienzo del curso, ya los chicos han comenzado a cribar relaciones y a intuir, tal vez inconscientemente, posibilidades de amistad en el grupo de compañeros. Algunas afinidades o detalles han sido los detonantes. Algunos de ellos han iniciado las actividades catequéticas en las parroquias en orden a la preparación de la Primera Comunión o de la Confirmación. Y las posibilidades de amistad han aumentado. Siempre me sorprende escuchar de aquellos personajes bíblicos como Abraham, Moisés, o los profetas, a los que la Biblia no los llama los sabios, o los listos, o los maestros, o los líderes… Los llama “amigos de Dios”. Es curioso… Otra nota distintiva de la condición humana es estar abiertos a estos niveles trascendentes e infinitos de amistad. Me quedo con aquella frase de Jesús: “… ustedes son mis amigos”.

*RECTOR DEL SEMINARIO DIOCESANO
@juanpedrorivero