Cervera entra en el ‘top ten’ de victorias

ÓSCAR HERRERA | Santa Cruz de Tenerife

Álvaro Cervera celebró de esta manera tan efusiva el triunfo en Oviedo la temporada pasada. | DA

El entrenador del CD Tenerife consiguió el pasado sábado con su triunfo ante el Deportivo su victoria número 25 desde que se sentó por primera vez en el banquillo del conjunto tinerfeñista en agosto de 2012. Cervera ha dirigido un total de 55 encuentros al equipo insular.

De ellos, 49 son de liga (entre Segunda B y Segunda A), dos de play-off de ascenso, otros dos de eliminatoria de campeones de Segunda División B y un par de choques de Copa del Rey.

Dejando a un margen los dos partidos de Copa (Alcoyano y Eibar), Álvaro Cervera se ha sentado en el banquillo en 53 ocasiones en partidos de competición oficial. Esas 25 victorias se reparten en 20 en la temporada 2012-2013 en los 38 partidos de la liga de Segunda B, un triunfo en el duelo de play-off de ascenso ante el Hospitalet y una victoria más que añadir correspondiente al curso pasado, lograda frente al Alavés en el encuentro de vuelta de la eliminatoria de campeones.

Esta temporada ha conquistado tres triunfos en la Liga Adelante (Real Madrid Castilla, Ponferradina, y Deportivo). Eso supone un porcentaje del 47,1% de los partidos que ha entrenado en competición liguera sobre los 53 encuentros en los que el preparador ecuatoguineano ha estado como inquilino del banquillo tinerfeñista.

Estos números le hacen entrar entre los 10 primeros técnicos que ha tenido el CD Tenerife a lo largo de su historia en cuanto a número de partidos ganados. El representativo ha tenido 75 entrenadores en sus más de 90 años de historia. El primer puesto de ese ranking de triunfos lo comparten dos entrenadores: José Luis Oltra y García Verdugo, con 45 triunfos cada uno.

Oltra lo hizo en 122 partidos, mientras que García Verdugo necesitó 89 choques para alcanzar esa cifra. Francisco Javier García Verdugo entrenó al club en dos temporadas y media a finales de los 60 y principios de la década de los 70, hasta que fue cesado en la jornada 13 del curso 71-72. El tercero en esa clasificación de técnicos con más triunfos es el tinerfeño Olimpio Romero quien. A raíz de la destitución de Manolo Sanchís, accedió al cargo de primer entrenador blanquiazul. Ocurrió al poco de iniciarse la campaña 78-79 y estuvo sentado en el banquillo en 62 partidos, cosechando 37 victorias.

Valdano y Heynckes
Luego aparecen dos de los entrenadores más importantes del club en la etapa de mayor brillantez de la entidad en los años noventa: Juup Heynckes y Jorge Valdano. El alemán ganó 35 partidos de 84 dirigidos, mientras que con idéntico número de encuentros entrenados se coloca el argentino con una victoria menos (34).

Otro preparador tinerfeño se sitúa el siguiente en esa lista con 30 partidos ganados. Se trata de Martín Marrero, que estuvo sentado en el banquillo en 63 partidos de liga. Martín Marrero de la Cruz fue el primer técnico que nombró y destituyó Javier Pérez en la campaña 86-87. El técnico tinerfeño encadenó una vuelta entera sin perder en la campaña 86-87: 21 partidos invicto en la mejor serie firmada por el representativo en categoría nacional. Eso le valió el título de campeón y el consecuente regreso a la división de plata. Al curso siguiente, fue cesado tras siete jornadas de liga. 16 años más tarde, Martín volvió al banquillo del Tenerife, pudiendo entonces acabar la obra que dejó inconclusa en 1988.

Con 28 triunfos en 62 partidos figura el asturiano José Ramón Fuertes, quien pasó a la historia del tinerfeñismo como el artífice del regreso a Segunda en la temporada 82-83. El catalán José Espada tiene en su haber 26 triunfos. Espada encabezó la metamorfosis blanquiazul de modesto a gallito al quinto año de estancia de los tinerfeños en la categoría de plata. El técnico catalán llevó al representativo hasta el subcampeonato en la temporada 57-58.

Por último, por delante de Cervera con 26 victorias está José Iglesias Fernández, más conocido como Joseíto. El preparador zamorano dirigió al Tenerife en dos épocas diferentes. Primero en la división de plata, durante la campaña 65-66, y lo clasificó en un aceptable octavo puesto. Tres lustros después volvió al representativo en su etapa más gris, por cuanto el equipo blanquiazul vivía una de sus peores temporadas en categoría nacional.