Lluvia de fruta madura – Por Román Delgado

Reflexionando algunas horas después acerca del potente espectáculo que sobre ideas, palabras y comunicación, sobre La condición humana, convocó la Fundación CajaCanarias este martes ya caducado, me emborraché de metáfora e hipérbole, ambos recursos literarios abundantes en la cita, y entonces fue cuando me imaginé a Juan Cruz vestido de jornalero dentro de un campo de olivos, con una vara larga y consistente en sus manos y agitando de forma mecánica y con sonrisa ancha el ramaje de uno de esos árboles, para que, con cadencia preestablecida y nula de estridencias, fueran cayendo los frutos maduros, desprendiéndose de las alturas hasta tocar el suelo terroso y levantar el polvo de la conciencia. Ese paisaje representaba una secuencia interminable de mensajes tipo dardo, como disparos secos y certeros hechos con munición ideológica de la marca Manuel Vicent, con el ideario de despertar aptitudes, de agitar pensamientos y de reventar tanto globo sonda que sobrevuela esta realidad país que hoy nos tiene atontados. De ese olivo, el que movía con una horqueta Juan Cruz, debían caer muchos aforismos: ricos, azucarados, variados y eclécticos. Así que Juan no paró de castigar la rama y Manuel descargó, como si ambos estuvieran eléctricamente conectados, su munición verbal hasta decir basta. Fuerza, golpeo, desprendimiento, gravedad y lluvia de fruta madura que agita el polvo. Y así arrancó la fiesta: “Toda la filosofía del mañana, del futuro, será el libro de instrucciones [de los tantos aparatos que tenemos]”; “Uno está vivo cuando aún se sorprende de las cosas”; “Nuestros cráneos están diseñados como buzones”; “Algo habrá que hacer para que el dinero también se lo lleve el que ha puesto el plato, no solo el que pone la bandeja [sobre contenidos que se roban en la red]”; “Internet es el río más rápido y superficial”; “Hoy todo es instantáneo y a la vez universal, y tenemos que comunicarnos con todo el mundo para decir una idiotez”; “Hoy un idiota con cerebro de serrín tiene a su disposición un medio interestelar para que su rebuzno llegue hasta la Andrómeda”; “Las idioteces diarias de la gente no se pierden, sino que se expanden por el Universo”; “La globalización solo atañe al dinero, lo único que está globalizado… Esto es inamovible desde hace siglos”… Y de esta manera siguió hasta rematar la cosecha, buena en cantidad y calidad. La siguiente zafra ya dependerá de que Vicent “pueda seguir abrochándose los cordones de sus zapatos”, a lo que ayudará su imaginería de “cambiar [posibles] premios por salud”.

@gromandelgadog