La sentencia por el caso de la iglesia del Pilar ya es firme

Para el Supremo queda claro que el condenado intentó asesinar a la víctima. / EP

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

El Tribunal Supremo ha rechazado los recursos contra la sentencia dictada por la Audiencia provincial por el crimen acaecido frente a la santacrucera iglesia del Pilar, sita en la calle del mismo nombre. La decisión del Alto Tribunal hace firme la pena de siete años y seis meses de cárcel para Ramón, nacido en Badajoz hace 48 años, por intentar asesinar a otro tras una discusión por un puesto para mendigar frente al templo.

El relato de los hechos considerado como probado por la Justicia nos remonta a las cinco de la tarde del 20 de marzo de 2011, cuando Ramón comenzó a discutir con una mujer de nacionalidad rumana que mendigaba frente al Pilar al entender que aquél era su puesto, si bien había estado ausente de este al estar hospitalizado. En
defensa de la mendiga salió la víctima con intención de apaciguar los ánimos y tratar de explicarle que ella también tenía derecho a pedir allí.

Hasta por la espalda

La sentencia detalla que fue entonces cuando el hoy condenado “metió la mano en uno de sus bolsillos de su cazadora sacando una navaja con una empuñadura de 12 centímetros de longitud y una hoja de unos nueve centímetros y medio de longitud, con la que primero le pinchó en dos ocasiones en el costado izquierdo a la altura del pecho en región mamaria y en zona axilar y cuando este se dio la vuelta para tratar de huir, le volvió a apuñalar por detrás en el costado izquierdo, a la altura del pulmón”.

Después del crimen, Ramón se introdujo en el interior del templo, siendo localizado en un patio exterior de la iglesia anexa a la misma por los agentes de policía que acudieron al lugar, y se pudo comprobar que tenía las manos ensangrentadas. Una batida posterior permitió a los agentes encontrar la navaja debajo de un container de basura, cerrada y colocada detrás de las ruedas en la contigua calle de San Lucas, concretamente a la altura del número 60.
De la gravedad de los hechos da buena cuenta que la víctima fue ingresada en el Hospital Nuestra Señora de la Candelaria, donde fue intervenido de urgencia ese mismo día.

Riesgo vital

Tardó en curar 22 días, siendo todos ellos impeditivos, y todas las heridas se sitúan en áreas donde se localizan órganos vitales de la víctima, de tal modo que los médicos forenses atestiguaron que “las heridas causadas hubieran podido causar la muerte del agredido para el supuesto en que no se hubiera intervenido inmediatamente por los servicios sanitarios”.