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El Gobierno investiga una decena de casos de intoxicación por toxina ciguatera en Lanzarote

   

DIARIO DE AVISOS | Santa Cruz de Tenerife

El servicio de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias investiga la aparición de diez casos de personas que podrían estar afectadas de intoxicación por ciguatera relacionadas con el consumo de pescado en San Bartolomé, en Lanzarote.

Ninguno de los afectados por esta toxiinfección ha precisado ingreso hospitalario, aunque algunos fueron atendidos en servicios de urgencias. Presentan un cuadro leve y se encuentran todos en sus domicilios. Los casos han presentado síntomas digestivos (vómitos, diarreas y dolor abdominal) y, posteriormente, parestesias, sensación térmica paradójica y mialgias.

La rápida investigación efectuada por los servicios de inspección del Área de Salud de Lanzarote y por los epidemiólogos de la Dirección General de Salud Pública ha permitido localizar en pocas horas el pescado adquirido en un establecimiento de la localidad lanzaroteña.

Viceconsejería de Pesca del Gobierno de Canarias

Desde 2011 se está llevando un control en los puntos de primera venta por parte de la Viceconsejería de Pesca del Gobierno de Canarias y el Instituto Universitario de Sanidad Animal (IUSA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

La presencia de esta toxina tiene mayor incidencia en las islas de Fuerteventura, Lanzarote y El Hierro, siendo la talla a partir de 40 kilos cuando hay más probabilidades de capturar una pieza con toxina. Con este control que se está llevando en los puntos de primera venta se logra una segura comercialización de estas especies.

La ciguatera

La ciguatera es propia de mares tropicales y subtropicales, y prolifera en zonas de arrecifes coralinos. La intoxicación por ciguatera puede producirse tras la ingesta de cualquiera de las más de 400 especies de peces de los arrecifes tropicales, donde un microorganismo del plancton (un dinoflagelado) produce la ciguatoxina, que es ingerida y se acumula en la carne del animal marino. Los peces más grandes, de más edad, son más tóxicos. El sabor del pez no se altera, y no se conoce ningún método de congelación o cocción que proteja de la intoxicación. Los síntomas aparecen de una a varias horas después de la ingesta. El cuadro característico dura alrededor de 8 días.