Hace tiempo que tengo ganas de pensar (te), de escribir (te), de leer (te), de sentir (te). Hace tiempo que te ando buscando en bares vacÃos, en vasos de ron.
Te encontré cuando menos lo esperaba, cuando no te buscaba. Fue solo un instante porque no me resigné a esperar (te). QuerÃa (re)correr cada calle gritando tu nombre, pero nunca me lo dijiste. Tuve que conformarme con echar la vista atrás a cada paso y recordar que alguna vez fuiste.
Tú, mi inspiración, te debatÃas cada noche entre la vida y la muerte. Yo te mataba con mis pensamientos y te revivÃa con mis palabras. Tú te ahogabas en tinta y flotabas entre letras.
Tú, mi inspiración, me llamabas cada dÃa; yo te pedÃa que volvieras al anochecer, eran otras luces las que necesitaba para verte, para entenderte, quizás. Era imprescindible que el reloj olvidara qué hora era para que tú y yo supiéramos algo.
Tú, mi inspiración, aparecÃas siempre, tan discreta, tan callada, tan pálida. TenÃas miedo de que te hiciera desaparecer y me amenazabas con ir (te) con otros. Yo te suplicaba que te quedaras mientras el maldito reloj volvÃa a recordar.
Yo trasnochaba para hallarte y tú madrugabas para desconcertarme pero, no sé cómo, al final lo conseguimos, querida. Yo sobrevivà a ti, tú viviste sin mÃ.