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La cafeína puede mejorar la memoria

   
Taza de café

Taza de café. | WIKIPEDIA

EUROPA PRESS | Madrid

El consumo de cafeína es el impulso de energía preferido por millones de personas para despertar o mantenerse activos durante la jornada. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, Maryland, Estados Unidos, ha encontrado otro uso para este estimulante: como potenciador de la memoria.

El profesor asistente de Ciencias Psicológicas y Cerebrales en la Escuela Krieger de Artes y Ciencias en la Universidad Johns Hopkins Michael Yassa y su equipo vieron que la cafeína tiene un efecto positivo sobre la memoria a largo plazo en los seres humanos. Su investigación, publicada en Nature Neuroscience, muestra que este estimulante mejora ciertos recuerdos, al menos hasta 24 horas después de su consumo.

“Siempre hemos sabido que la cafeína tiene efectos de mejoría cognitiva, pero nunca se había examinado en detalle en los seres humanos sus efectos particulares sobre el fortalecimiento de los recuerdos y cómo genera resistencia a que se olviden”, señala Yassa, autor principal del artículo, en el que destaca que, por primera vez, se ha detectado un efecto específico de la cafeína durante más de 24 horas en la disminución de los olvidos.

Los científicos de Johns Hopkins realizaron un ensayo doble ciego, en el que los participantes que no comían con regularidad o bebían productos con cafeína recibieron un placebo o una pastilla de cafeína de 200 miligramos cinco minutos después de ver una serie de imágenes. Se tomaron muestras de saliva de los participantes antes de ingerir las píldoras para medir sus niveles de cafeína y, posteriormente, una, tres y 24 horas después.

Al día siguiente, se puso a prueba en los dos grupos su capacidad de reconocer imágenes de la sesión analizada el día anterior. En la prueba, algunos de los efectos visuales fueron los mismos que los del día anterior, otros eran nuevos y otros eran similares pero no iguales a los elementos previamente visualizados.

Un número superior de individuos del grupo al que se administró la cafeína fueron capaces de identificar correctamente las nuevas imágenes como “similares” a las ya vistas. La capacidad del cerebro para reconocer la diferencia entre dos elementos similares, pero no idénticos, denominado patrón de separación, refleja un mayor nivel de retención de la memoria, según los investigadores.

El centro de la memoria en el cerebro humano es el hipocampo, un área en forma de caballito de mar en el lóbulo temporal medio del cerebro y que funciona como la caja de conmutación de todos los recuerdos a corto y largo plazo. Casi toda la investigación hecha sobre la memoria, desde los efectos de las conmociones cerebrales en el atletismo a lesiones en la cabeza relacionadas con la guerra hasta la demencia en el envejecimiento de la población, se centra en este área del cerebro.

Hasta ahora, los efectos de la cafeína sobre la memoria a largo plazo no se habían examinado en detalle y, entre los pocos estudios realizados, el consenso general es que la cafeína tiene poco o ningún efecto sobre la retención de los recuerdos a largo plazo. Esta investigación es diferente de los experimentos anteriores porque los sujetos tomaron las pastillas de cafeína sólo después de haber visto y tratado de memorizar las imágenes.

Según la agencia norteamericana del medicamento (FDA, en sus siglas en inglés), el 90 por ciento de las personas en el mundo consumen cafeína de una forma u otra. En Estados Unidos, el 80 por ciento de los adultos ingieren cafeína todos los días. El adulto promedio tiene un consumo de unos 200 miligramos, la misma cantidad utilizada en este análisis, o alrededor de una taza de café fuerte o dos pequeñas tazas de café al día.

“El siguiente paso es descubrir los mecanismos cerebrales que subyacen en esta mejora”, adelanta. “Podemos utilizar técnicas de imagen cerebral para tratar estas cuestiones. También sabemos que la cafeína está asociada con una longevidad saludable y puede tener algunos efectos protectores de deterioro cognitivo, como en la enfermedad de Alzheimer. Éstas son, sin duda, cuestiones importantes para el futuro”, concluye.