¿Cómo es posible que el PP de Canarias se niegue a debatir la reforma del Estatuto de AutonomÃa? ¿Cómo, si en Castilla La Mancha ha sido MarÃa Dolores de Cospedal, es decir el PP, la que ha impulsado la reforma estatutaria? ¿Cómo, si el PP de Murcia ha anunciado que la reforma de su estatuto de autonomÃa va a mejorar la eficacia de la administración y va a otorgar a Murcia mayor autogobierno? ¿Cómo, si el PP en las Cortes valencianas promovió, impulsó y votó la reforma de su estatuto para blindar las inversiones del Estado en la comunidad? Por mucho que se valore la estupidez congénita de los ciudadanos, su galopante incultura polÃtica, su enajenación en la telebasura y su desapego de los asuntos que afectan su vida futura y su bienestar, todo tiene un lÃmite. Quien ha trazado la estrategia del PP en Canarias ha dibujado una especie de carrera de lemmings hacia los acantilados de la incoherencia por los que parece que van a despeñarse alegremente. No existe ninguna razón que justifique que un partido polÃtico defienda en Castilla-La Mancha lo que niega en Canarias. No se sostiene que para los populares de Baleares o Valencia las extracciones de crudo sean una amenaza para el turismo y para los de Canarias constituyan una bendición. Pedirle a los populares canarios que sigan defendiendo lo indefendible -por mucho que algunos lo hagan gustosamente porque la fragilidad neuronal se lo permite- es desgastarles inútilmente. Y lo que es peor, es tratarles de forma distinta a los populares castellanos, baleares o valencianos a los que se les permite la defensa de sus autonomÃas incluso cuando los planteamientos no coinciden con los del Gobierno central. Canarias quiere blindar el Régimen Económico y Fiscal en el Estatuto y en la Constitución. Especialmente aquellas disposiciones que comprometen inversiones del Estado en las islas en orden a paliar su lejanÃa e insularidad. Nadie que entienda y defienda estas islas puede oponerse a este propósito. Se podrá discutir el cuánto, pero no el por qué. El difÃcil papel del PP canario diciendo en el Parlamento de estas islas que no va a apoyar el debate y la reforma del Estatuto no es que sea un error polÃtico, es que llueve más incoherencia sobre el mojado polÃtico del mismo partido defendiendo lo contrario en las autonomÃas donde gobierna. Más allá del costo electoral -si lo tuviera- la posición del PP supone un desgaste en la credibilidad que muchos le dieron en las islas. Y una pena.
www.jorgebethencourt.es | @JLBethencourt