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Olvido y perdón – Por José David Santos

   

El 2014 será el año de la recuperación económica. Doce meses en los que nos van a bombardear con cifras que empezarán a inculcarnos que lo peor de la crisis ya pasó y que el esfuerzo ha valido la pena. Será este un año de banqueros satisfechos, de grandes compañías logrando beneficios, con el IBEX35 más feliz y un optimismo en los suplementos y prensa de color salmón que casi ya se había olvidado. Pero, precisamente, de olvido es de lo que quiero escribir. Porque llegados a este punto de repunte en la cosa económica, no debemos, ni podemos, olvidar que si esos brotes verdes, por fin, son reales es gracias al hígado de los españoles. Es gracias a la pérdida de poder adquisitivo, a las restricciones en el sueldo y las condiciones laborales de millones de trabajadores y, por qué no decirlo, a un duro aterrizaje sobre la realidad que los días de vino y rosas no nos dejaba ver. Pero no se debe olvidar tampoco que la recuperación ha tenido sus sacrificados, caso de los desahuciados de sus casas o los que fueron estafados por las preferentes; y qué decir de los millones de parados que pasaron de ser clase media a la pobreza. Ahí es donde hay que incidir en que no se pueden obviar los errores que nos llevaron al fracaso social y colectivo que se ha vivido en este país en los últimos años. Y si algo bueno ha surgido de esta hecatombe es que, para lo bueno y lo malo, hemos descubierto lo frágiles que somos, por lo que debemos afianzarnos para que no vuelva a suceder. Además, no se debe perdonar. No es de recibo indultar a aquellos que se han aprovechado de este revés para justificar determinados postulados que, en realidad, lo que hacen es cercenar derechos a los ciudadanos. Muchos -dentro y, también, fuera de España- políticos, empresarios, sindicatos, organizaciones sociales, medios de comunicación, etcétera, han buscado justificaciones en la crisis para decirnos que era tiempos de sacrificios…, que muchos de ellos no han compartido. Si todo se vuelve otra vez de color rosa, a la hora de hacer balance no habrá que olvidarse de ellos; ni perdonarlos. Digo.

@DavidSantos74