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Paulino es de izquierdas – Por Francisco Pomares

   

Sin que fuera en absoluto necesario, el presidente Rivero se nos reveló ayer como hombre de izquierdas, en el entendimiento de que ser de izquierdas no es necesariamente ser de izquierdas, sino tener sentido común. Después de veinte años de hacer política antisocialista por tierra, mar y aire, en abierta e indisimulada alianza con la derecha del PP y el resto de las derechas que en España han sido, sólo un par de años de roce intenso y continuado con el bendito de José Miguel Pérez le han contagiado a Rivero su actual sarampión de progresismo. En una larga entrevista a la Cadena Ser, Rivero se preguntó reiteradamente a sí mismo (curiosa técnica ésta de la autopregunta) sobre lo que es ser de izquierdas, para concluir que ser de izquierdas es poco más o menos gobernar bien, en defensa de los intereses de los ciudadanos y tal y cual. No sé qué opinarán de esa definición quienes no son de izquierdas, en qué lugar les deja, pero tampoco es tan importante eso.

En general, las intervenciones de Rivero no suelen sentar cátedra ideológica: el presidente tiende a estar más bien a lo suyo, que es asegurarse el repetir como candidato. A lo peor lo que pasa es que sabe que no las tiene todas consigo en Coalición y -ahora que se acercan las primarias en el PSOE y van a ser unas primarias muy abiertas- se está preparando por si necesita presentarse por el PSOE. Ya ha dejado claro que se siente más cómodo con las políticas del PSOE que con las de los demás. Y es muy probable que -visto lo visto- entre las políticas “de los demás” habría que incluir también las de su propio partido. Algo muy raro está ocurriendo desde hace un par de años en la izquierda, que ahora es de izquierdas mucha gente que antes no lo era en absoluto. Porque la conversión de Paulino no es un fenómeno aislado, que va. Hoy hasta el Papa es de izquierdas y además argentino, aunque algunos de sus cardenales recién nombrados no parecen haberse enterado ni de lo uno ni de lo otro, y siguen diciendo cosas tan poco de izquierdas (o de sentido común) como que la homosexualidad se cura con tratamiento si se ponen ganas. En fin, que lo de que el Papa sea de izquierdas sí que resulta una novedad: si el santo súbito Wojtyla se entera, es capaz de volver desde el más allá y liarla.

Pero lo más chocante de que ahora haya nuevos famosos de izquierdas no es que quepan en la banda de babor hasta Paulino y el obispo de Roma. Lo más chocante es que casi todos los que antes eran de izquierdas se nos están volviendo de derechas a toda velocidad. Al PSOE, por ejemplo, le empezó a pasar con el Zapatero del déficit. Y así no hay quien entienda nada. Menos Paulino. Que él sí entiende de todo.