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Sandra Román recibirá asistencia de Servicios Sociales en su casa

   
Foto/ DA

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NORBERTO CHIJEB | Candelaria

Sandra Román Iglesias comienza a ver la luz en su desesperación por combatir la agorafobia, ese enfermedad que le acompaña desde los 24 años y que en los últimos meses le ha impedido salir de su vivienda en Las Caletillas.

Desde hoy Sandra Román Iglesias recibe una paga de 300 euros y recibirá en su domicilio a una asistente social, gracias a las gestiones de la concejal de Servicios Sociales, Olivia Pérez y por supuesto a la campaña iniciada por Gente Solidaria de Candelaria desde hace algo más de un mes, poco después de que esta candelariera de 40 años, madre soltera, pusiera en conocimiento a través de DIARIO DE AVISOS la singular enfermedad (miedo a los espacios abiertos) que padece y que le mantiene “secuestrada” en su vivienda, como ella mismo reconoce, desde hace ya mucho tiempo, aunque “la enfermedad aparece y desaparece”, señala Sandra Román.

Desde Servicios Sociales del Ayuntamiento de Candelaria también se le ha garantizado para el día 22 una ambulancia que traslade a Sandra Román a la consulta médica que tiene concertada desde hace tiempo y que determinará finalmente cual será el tratamiento a seguir con ella, que pudiera incluir su ingreso hospitalaria, como afirman algunos especialistas, porque así se garantiza que esté medicada y mejor cuidada de lo que ha estado en los últimos meses, como se puede apreciar por su evidente deterioro físico al que hay que unir el ánimico, algo que estos últimos días ha cambiado, gracias a la llegada de esa ayudas que con tanto anhelo había solicitado a través de este medio y de las redes sociales, sin importarle perder intimidad. “No soy ningún vegetal, quiero vivir”, nos decía hace apenas dos meses.

La concejal Olivia Pérez, poco dada a hablar de este asunto, no ha tenido reparo en reconocer los contactos que ha mantenido con la protagonista y con sus familiares más allegados para llegar a una solución, que la concejal, enfermera de profesión, entiende que solo pasa por una “decisión médica”, aunque desde el Ayuntamiento se hará “todo lo que esté en nuestras manos”.