Presentan nuevas pruebas para declarar BIC el paseo de San Telmo

Miembros de la plataforma presentaron ayer un informe que demuestra la importancia del muro. / MOISÉS PÉREZ

GABRIELA GULESSERIAN | Puerto de la Cruz

La plataforma ciudadana Maresía entregó el lunes un documento al área insular de Patrimonio elaborado por el historiador y escritor Nicolás González Lemus en el que se incluyen nuevas pruebas para declarar bien de interés cultural (BIC) al Paseo San Telmo de Puerto de la Cruz, una declaración que evitaría su derrumbe, previsto en el proyecto de mejora y acondicionamiento del Cabildo de Tenerife. Asimismo, deja claro la huella del prestigioso artista lanzaroteño César Manrique en la remodelación ejecutada en 1976 a quien se le pueden atribuir muchos elementos del mobiliario urbano que también desaparecerían de ejecutarse la obra.

En el documento, dado a conocer ayer por Fernando Raja, Fátima Morales, Melecio Hernández, Marta Luis Alonso y Daniel Keller, miembros del colectivo, Lemus afirma que el muro que recorre longitudinalmente el paseo “es histórico y como tal, se debe rehabilitar, no eliminar o destruir”, dado que fue construido en 1767. Una afirmación que se basa en fuentes escritas primarias y secundarias, sobre todo en estas últimas ya que las primeras fueron destruidas en el incendio del archivo local en 1925.

Entre las pruebas, cita los testimonios de Fernando Gómez Aguilera y Alfredo Díaz Gutiérrez, miembros de la Fundación César Manrique, así como del aparejador de las obras Elías Fernández del Castillo y otros protagonistas de la intervención de César Manrique en el emblemático paseo. También sostiene que el resultado de la construcción del muro de la vía es la continuación del parapeto alzado para la adaptabilidad del paseo, que comunicaba la batería de San Telmo con la calle Santo Domingo en el siglo XVIII, que en las reformas efectuadas en 1976 se respetó la presencia del muro, justamente porque Manrique “era consciente de que era parte indiscutible de la singularidad del paisaje de este enclave portuense y por lo tanto, lo modernizó, cubriéndolo de piedra y resaltando los elementos naturales”; que el actual revestimiento de piedra basáltica es idea y sugerencia del artista, quien le planteó al contratista Luis Díaz de Losada que quería un pavimento de gravas con cemento de color blanco que no se conseguía en el mercado y por eso el contratista lo fabricó en su taller Tubord expresamente para este litoral; y que en la Comisión Insular de Patrimonio no hay unanimidad sobre ese asunto desde la perspectiva patrimonial y artística.

Los miembros de la plataforma recordaron que en la reunión mantenida con el presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, este les dijo que si tenían nuevas pruebas que justificaran la revisión del proyecto, las presentaran. Por lo tanto, esperan que “cumpla su palabra”.

“Está en sus manos evitar el destrozo de un vestigio histórico y patrimonial”, aseguraron, y apuntaron que si el muro se derriba “no va a pasar nadie por allí, se desviarán por la calle La Hoya”.

La plataforma subrayó que en su reivindicación “no hay lucro, pero sin embargo las administraciones no pueden decir lo mismo porque ya han comprado la barandilla metálica con la que quieren sustituir el muro”.

Por último, recalcaron que la mayoría de las firmas y las alegaciones presentadas han sido en contra del proyecto. Sin embargo, por parte de las administraciones, “no ha habido ni un solo argumento que demuestre que el muro no es histórico ni que Manrique no tuvo implicación, lo único que saben decir es que Maresía está en contra de todo”.